sábado, 25 de marzo de 2017

Paloma Gómez Borrero, maestra de periodistas

Decía Ryszard Kapuscinski que "para ser buen periodista hay que ser buena persona". El también periodista Juan Antonio Cebrián afirmaba que "morir es la consecuencia de la vida y de nosotros depende que, cuando lleguemos a ese momento, lo dejado atrás sea lo suficientemente relevante como para dignificar la memoria que leguemos a nuestros sucesores".




Ayer se nos fue Paloma Gómez Borrero, verdadera maestra de periodistas, como periodista fue un gran ejemplo. Pero, sobretodo, como persona. Por ello perfectamente se le podrían aplicar las dos frases anteriores. Tuve oportunidad de conversar en varias ocasiones con ella, la última fue en una de las visitas que realizó Monseñor Carlos Osoro a la Fundación Crónica Blanca. Recuerdo que iba a entrar al ascensor con un amigo cuando, de pronto, escuché una voz que me resultó familiar "chicos, esperadme". Era Paloma. Fue la última vez que hablé con ella. Siempre afable, siempre con una sonrisa en el rostro. Recuerdo viajar en el viejo Renault 25 con mi padre escuchando la Cadena COPE. Mi padre siempre tuvo una especial devoción radiofónica por Luis del Olmo. YAunque yo era muy pequeño,  tengo recuerdos de aquellos viajes escuchando la radio. Ahí es cuando descubrí a Paloma Gómez Borrero. Luis del Olmo conectó con ella para informar sobre alguna noticia relacionada con el Vaticano (o quizá con Roma... ya digo, era muy pequeño) y aquella voz, como si tuviera algún tipo de magnetismo especial, rápidamente conectó conmigo. Me empezó a caer especialmente bien aquella periodista y yo, que he sido (y soy) un fiel oyente de radio comencé a seguir sus intervenciones con mucho interés. Incluso cuando, por ser un niño, no entendía de qué estaba hablando.

Cuando Luis del Olmo se fue a Onda Cero, mi padre comenzó a escucharle en esta nueva emisora. Pero, como le encantaba escuchar a Antonio Herrero, a veces conectaba con la Cadena COPE, e iba alternando el dial. Y en esas ocasiones volvíamos a escuchar, con cierta frecuencia, a Paloma Gómez Borrero. Me conmovía especialmente cuando hablaba sobre San Juan Pablo II. Eran muy amigos, de hecho, y cada vez que el Santo Padre realizaba un viaje Paloma formaba parte de la expedición. Cuentan que siempre le preguntaba ¿Cuando viajará a España? y el Papa decía "pronto, pronto". Y, cuando venía, le preguntaba qué cuando iba a volver. Fue Paloma Gómez Borrero quien, teniendo yo apenas diez años, me puso a rezar por el Papa. Digo "me puso a rezar" pues cuando escuchas la radio tienes la sensación de que el locutor te está hablando en persona. Por ello considero que este medio es algo tan mágico y cercano. Y por ese motivo cuando falleció Juan Antonio Cebrián (a quien ya seguía entonces, pues padecía insomnio y pasaba la noche escuchándolo) lloré como si hubiera muerto uno de mis mejores amigos.
Como he dicho, Paloma Gómez Borrero en 1992 informó que San Juan Pablo II tenía un tumor en el hígado. Recuerdo como si fuera ayer su voz en aquel momento, denotaba una honda preocupación... y decidí ponerme a rezar por el Santo Padre. Todas las noches rezaba un Padre Nuestro por el Papa. Terminaron operándole  y parece que todo salió bien.


Pero ¿Quién fue Paloma Gómez Borrero?  Nació en 1934,en Madrid y estudió en el Colegio del Sagrado Corazón. Posteriormente se graduó en la Escuela Oficial de Periodismo. Su debut periodístico tuvo lugar en el semanario Sábado Gráfico, donde trabajó como enviada especial en Alemania, Austria y el Reino Unido. Fue una de las primeras mujeres corresponsales de la televisión española pues, desde 1976 a 1983, trabajó como corresponsal de TVE en Italia y el Vaticano. Tras un año de excedencia, comenzó a trabajar, en 1984, como corresponsal en Roma y el Vaticano en la Cadena COPE, en donde estuvo ligada prácticamente el resto de su vida. También colaboró en 13 TV, Telecinco, Cuatro y en los diversos magazines conducidos por María Teresa Campos, además de haber sido corresponsal en Venevisión (Venezuela) y en el Noticiero TV Hoy de Colombia. Recibió numerosos premios entre los que se encuentran el Premio Bravo Especial a la trayectoria ejemplar de toda una vida, concedido por la Conferencia Episcopal Española en 2010; la Cruz de la Orden de Isabel La Católica, concedida por el rey Juan Carlos I en 1999; el Premio Adelaide Ristori, concedido a 12 mujeres destacadas en sus respectivas profesiones en 1991; el Premio a la Profesionalidad, otorgado en 1978 por la cobertura realizada durante el Cónclave y por la información del asesinato de Aldo Moro. También ha escrito numerosos libros como "Huracán Wojtyla", "Abuela, háblame del Papa", "Dos Papas, una familia", "Caminando por Roma", "Los fantasmas de Roma", "De Benedicto a Francisco. El Cónclave del cambio", "Pasta, Pizza y mucho más" y "Cocina sin sal o Nutrición infantil", entre otros. Y, como curiosidad, el de "Los fantasmas de Roma" lo leí estando en el Seminario. Lo encontré en la biblioteca y estuve leyéndolo.

Como vemos, Paloma Gómez Borrero ha sido una de esas personas que dejan un legado realmente digno de ser recordado por sus sucesores. Pero también ha dejado una huella profunda en quienes la conocieron. Especialmente sus compañeros de profesión. Creo que, salvo en el caso de Juan Antonio Cebrián, no recuerdo escuchar y leer a todos los periodistas, independientemente de pertenecer a diferentes medios de comunicación, ser de ideologías distintas o trabajar en áreas tématicas diversas, hablar con tanto cariño de un periodista fallecido. Esto me ha llamado poderosamente la atención, al mismo tiempo que me ha alegrado pues se da también la circunstancia de que algunos de ellos son personas que admiro. Decía mi amigo Txomin Pérez, Delegado de Medios de la Diócesis de Palencia, tras compartir en Facebook un artículo en El País: "A sumar a "Objetivos en la vida". Llegar a merecer que, cuando me muera, escriban algo así de mi". En ese artículo, titulado "Bravísima Paloma", Luz Sánchez Mellado decía que "Así fue, la Borrero, una maestra sin saberlo (...) Una compañera leal, colega de sus colegas y divertida hasta la carcajada (...) Una narradora amenísima cuya anécdota más trivial podría abrir hoy un periódico a cinco columnas (...)". Para Luz Sánchez, Paloma fue alguien que, aunque la procesión pudiera ir por dentro, siempre tenía una sonrisa y una palabra amable para todos.

David Lozano, periodista de EsRadio ha escrito un artículo donde se hace eco de lo ocurrido esta mañana en el programa "Fin de Semana" de COPE, conducido por Cristina López Schlichting, donde  han homenajeado a Paloma Gómez Borrero. La presentadora comenzó diciendo "las 10, las nueve en Canarias sin Paloma" y dedicó unas cariñosas y emotivas palabras a quien fuera colaboradora del programa. Pero el momento mas conmovedor vino cuando leyó un mensaje que Paloma le envió estando ya hospitalizada. En él decía que esperaba poder acudir a la presentación de la novela "Los días modernos" escrita por Cristina y que tendrá lugar el próximo jueves.
Carlos Herrera, para quien Paloma Gómez Borrero era "La periodista de Dios (...) alguien que mandaba en Roma y el Vaticano más que el Papa", recordó como la periodista madrileña le concedió una audiencia con San Juan Pablo II: "el padre de Mariló Montero era muy religioso. Entonces le pedí un favor a Paloma, porque mi suegro tenía mucha ilusión en conocer al Papa. Ella lo arregló todo y nos concedió una audiencia con el Papa, en primera fila". También recordó una visita a Roma con unos amigos: "Ella no estaba en El Vaticano pero nos dijo que preguntásemos por un padre agustino. Nos atendió, nos enseñó instancias prohibidas del Vaticano y hasta nos abrieron para nosotros la Capilla Sixtina. Yo pensé que era una cámara oculta y que era un decorado".





Pero ha sido especialmente en las redes sociales donde los compañeros de Paloma Gómez Borrero se han despedido de ella con palabras realmente emotivas y cariñosas. Para Julia Otero fue alguien "Siempre vital, alegre, confortable, conversadora e inteligente". Ángel Expósito la considera "Única, irrepetible, inigualable como persona y como periodista". Anne Irgartiburu reconoce a Paloma como "Maestra en todo". Mariló Montero, por su parte, dedicó unas bonitas palabras a la periodista fallecida: "Te recorriste el mundo entero. Te faltaba el cielo. Allí te espera tu gran amigo. Gracias por haber existido". Daniel Arrébola, uno de mis amigos periodistas, dedicaba su programa de hoy, en Cope Cataluña i Andorra, a Paloma con estas palabras: "Dedicado a una monstrua del periodismo, maestra y compañera de la casa que nos dejaba ayer". Eva Fernández, actual corresponsal de COPE en Roma y el Vaticano recordó a Paloma Gómez de esta manera: "Hay personas que nunca se van. Imposible asimilarlo. Infinito mi agradecimiento. Siempre estarás muy cerca". Paloma García Ovejero, quien sucedió a Gómez Borrero en la corresponsalía de COPE en Roma y el Vaticano, y actual viceportavoz de prensa del Vaticano, escribió un tuit breve pero sentido: "Hasta siempre, Paloma. Hasta el final, Paloma. DEP".

Pero, como Paloma Gómez Borrero era también una amiga del Misterio y realizó intervenciones en programas como Cuarto Milenio, también ha sido recordada por periodistas como Iker Jiménez, quien recordó como "Pasamos muchas horas en el Vaticano, en lugares a los que tú solo tenías acceso. Aún no lo creo. Buen Vuelo, Paloma. Hay ángeles esperándote (...). Javier Sierra fue el fotógrafo excepcional de una de aquellas aventuras vaticanas hace ya mucho tiempo. Buen Vuelo Paloma Amiga". Carmen Porter, esposa de Iker y copresentadora de Cuarto Milenio, dedicó un bonito tuit a Paloma: "Gracias por los buenos momentos que nos dejaste compartir contigo, por tu sabiduría y tu cariño. No te olvidaremos. Buen viaje amiga.". Y el propio Javier Sierra escribió un emotivo post en Facebook con palabras como "No puedo creer que te hayas ido justo cuando planeábamos un viaje juntos a Fátima (...) Ahora que estás al otro lado, en ese mundo lleno de misterio del que tantas veces hablamos, toma buena nota de todo y haznos saber de ti de algún modo (...) Qué inmenso honor ha sido conocerte y tenerte entre mis amigas. La vida de quienes te hemos conocido, leído, visto o escuchado han sido mejor gracias a tu labor. Siempre nos has dado luz... por qué tu eres luz". Sobre ella el periodista Santiago Vázquez ha tuiteado que "Estoy triste. Ejemplo de humanidad y profesionalidad".
También algunos obispos como Luis Ángel Heras, obispo de Mondoñedo Ferrol, o  José Ignacio Munilla han recordado en Twitter a Paloma Gómez Borrero afirmando que la encomendaban en sus oraciones. Sacerdotes como mi amigo Julián Lozano, delegado de medios en la Diócesis de Getafe dedicó también unas palabras a la periodista fallecida, un emotivo mensaje acompañado por una fotografía donde ambos aparecen retransmitiendo la Misa del Domingo de Ramos del 2014 para 13Tv.

Pero no solo han sido periodistas y clérigos quienes han recordado a Paloma Gómez Borrero con afecto y emotividad, pues al homenaje se han sumado numerosas personalidades como Silvia Jato, para quien Paloma canalizó "con la imparcialidad periodística y el sentimiento propio, el mensaje de esos que ahora te recibirán con los brazos abiertos. Hiciste de la fe una sonrisa y convertiste la desazón en un impulso para los que estuvieron a tu lado. Siempre quedará tu obra y ésa, para alegría de los que seguimos, no te la llevas". Mariano Rajoy, por su parte, ha tenido unas palabras para quien ha sido "gran periodista y referente de lo que Roma y el Vaticano significa para nosotros".
Del mismo modo, numerosas personalidades anónimas llenaron las redes sociales con mensajes en los que recordaban con cariño a esta gran periodista. De hecho, en Twitter el hastag "Paloma Gómez Borrero" llegó a ser trending topic.



En definitiva, se ha marchado una gran periodista. Alguien que no solo fue una buena persona, sino que además ha dejado un gran legado, ha impreso una huella muy profunda en el alma y los corazones de muchísima gente, anónima o no, que ha seguido su trayectoria radiofónica y televisiva durante tantos años. Quien esto escribe ama la radio. Innumerables recuerdos de mi infancia están ligados a la radio. Cantaban los de The Buggies aquello de "Video killed the radio star". Pretendía, o eso parecía, ser una premonición funesta para la radio ante la presencia cada vez mas latente de la televisión en la vida de la gente. Cantaba otra canción, cuyo nombre no recuerdo, "qué bonito es ver los locutores de la televisión". Sin embargo, por mucho que la televisión nos permita ver, por ejemplo, partidos de fútbol o los Juegos Olímpicos, los leopardos de la sabana africana o el último reportaje de Cuarto Milenio... la radio tiene una magia especial. Siempre me gustó aquello que decía Iker Jiménez de "hazme una fotografía de lo que estás viendo" cuando mandaba a algún reportero a una de las investigaciones de Milenio 3. Esa es la magia de la radio. Paloma Gómez Borrero sabía realizar las mejores fotografías radiofónicas de todo lo que ocurría en Roma y el Vaticano. Nadie como ella sabía contarlo. Ella, aunque no lo pretendiera, fue una de las estrellas de la radio. Y el vídeo (la televisión) no la "mató", sino que supo amoldarse a este medio en el que también colaboró. Y, tanto en radio como en televisión, su aportación fue realmente maravillosa.

Hay vidas que merecen ser contadas, reza la máxima radiofónica. Juan Antonio Cebrián, decía que "cada día mueren diez o doce genios en el anonimato...". Pero a mi me gusta agregar que a veces, algunos días, pocos eso si, muere un gran genio, y no lo hace en el anonimato, sino que se marcha dejando impresa una profunda huella en quienes le conocieron. Paloma Gómez Borrero fue una de esas personas. Su historia merece ser contada y recordada. Su ejemplo merece ser seguido por todo aquel que desea trabajar en el mundo de la comunicación. Se van a cumplir diez años de la muerte de Juan Antonio Cebrián. Estoy convencido de que hoy ambos estarán conversando en el Cielo sobre los Misterios de esta vida y de la otra. Lloré mucho la noche que murió Juan Antonio Cebrián. Hoy he llorado al leer las emotivas palabras de Javier Sierra y al recordar aquellos viajes con mi padre en el viejo, y mítico, Renault 25 granate escuchando la radio. Paloma Gómez Borrero, al igual que Juan Antonio Cebrián, fue una de esas "estrellas de la radio" que me acompañó durante mi infancia, la cual en algunos momentos no fue fácil (pues sufrí acoso escolar... y éste provocaba mi insomnio), pero ellos me ayudaron a sobrellevarla un poco mejor. Y les estaré eternamente agradecido.

Por ello quiero finalizar este artículo diciendo: "Gracias, Paloma, por tanto. Gracias por esa forma tan afectuosa de hablar que tenías, sabías contar las cosas como si cada oyente, o televidente, fuera tu mejor amigo. Gracias por esas palabras que intercambié contigo en las ocasiones que charlamos. Especialmente gracias por aquellas palabras que intercambiamos aquella tarde en Crónica Blanca. La última vez que te vi en persona. Quiero ser comunicador, quiero trabajar en el mundo del periodismo, especialmente en la radio. Y para ello seguiré tu ejemplo, igual que sigo el de Juan Antonio Cebrián. Dice mi amigo Iñaki que somos enanos a hombros de gigantes. Y tú eres uno de esos gigantes que me ayudan en mi caminar vital. Un beso allá a las alturas. Descansa en paz y saluda a San Juan Pablo II de mi parte". Y hago mías las palabras de mi amigo Txomin Pérez. Ojalá cuando abandone este mundo hablen así de mí. Desde luego, trabajaré por conseguirlo.

Fotos: RTVE, Periodista Digital, Forum Libertas