sábado, 25 de marzo de 2017

Paloma Gómez Borrero, maestra de periodistas

Decía Ryszard Kapuscinski que "para ser buen periodista hay que ser buena persona". El también periodista Juan Antonio Cebrián afirmaba que "morir es la consecuencia de la vida y de nosotros depende que, cuando lleguemos a ese momento, lo dejado atrás sea lo suficientemente relevante como para dignificar la memoria que leguemos a nuestros sucesores".




Ayer se nos fue Paloma Gómez Borrero, verdadera maestra de periodistas, como periodista fue un gran ejemplo. Pero, sobretodo, como persona. Por ello perfectamente se le podrían aplicar las dos frases anteriores. Tuve oportunidad de conversar en varias ocasiones con ella, la última fue en una de las visitas que realizó Monseñor Carlos Osoro a la Fundación Crónica Blanca. Recuerdo que iba a entrar al ascensor con un amigo cuando, de pronto, escuché una voz que me resultó familiar "chicos, esperadme". Era Paloma. Fue la última vez que hablé con ella. Siempre afable, siempre con una sonrisa en el rostro. Recuerdo viajar en el viejo Renault 25 con mi padre escuchando la Cadena COPE. Mi padre siempre tuvo una especial devoción radiofónica por Luis del Olmo. YAunque yo era muy pequeño,  tengo recuerdos de aquellos viajes escuchando la radio. Ahí es cuando descubrí a Paloma Gómez Borrero. Luis del Olmo conectó con ella para informar sobre alguna noticia relacionada con el Vaticano (o quizá con Roma... ya digo, era muy pequeño) y aquella voz, como si tuviera algún tipo de magnetismo especial, rápidamente conectó conmigo. Me empezó a caer especialmente bien aquella periodista y yo, que he sido (y soy) un fiel oyente de radio comencé a seguir sus intervenciones con mucho interés. Incluso cuando, por ser un niño, no entendía de qué estaba hablando.

Cuando Luis del Olmo se fue a Onda Cero, mi padre comenzó a escucharle en esta nueva emisora. Pero, como le encantaba escuchar a Antonio Herrero, a veces conectaba con la Cadena COPE, e iba alternando el dial. Y en esas ocasiones volvíamos a escuchar, con cierta frecuencia, a Paloma Gómez Borrero. Me conmovía especialmente cuando hablaba sobre San Juan Pablo II. Eran muy amigos, de hecho, y cada vez que el Santo Padre realizaba un viaje Paloma formaba parte de la expedición. Cuentan que siempre le preguntaba ¿Cuando viajará a España? y el Papa decía "pronto, pronto". Y, cuando venía, le preguntaba qué cuando iba a volver. Fue Paloma Gómez Borrero quien, teniendo yo apenas diez años, me puso a rezar por el Papa. Digo "me puso a rezar" pues cuando escuchas la radio tienes la sensación de que el locutor te está hablando en persona. Por ello considero que este medio es algo tan mágico y cercano. Y por ese motivo cuando falleció Juan Antonio Cebrián (a quien ya seguía entonces, pues padecía insomnio y pasaba la noche escuchándolo) lloré como si hubiera muerto uno de mis mejores amigos.
Como he dicho, Paloma Gómez Borrero en 1992 informó que San Juan Pablo II tenía un tumor en el hígado. Recuerdo como si fuera ayer su voz en aquel momento, denotaba una honda preocupación... y decidí ponerme a rezar por el Santo Padre. Todas las noches rezaba un Padre Nuestro por el Papa. Terminaron operándole  y parece que todo salió bien.


Pero ¿Quién fue Paloma Gómez Borrero?  Nació en 1934,en Madrid y estudió en el Colegio del Sagrado Corazón. Posteriormente se graduó en la Escuela Oficial de Periodismo. Su debut periodístico tuvo lugar en el semanario Sábado Gráfico, donde trabajó como enviada especial en Alemania, Austria y el Reino Unido. Fue una de las primeras mujeres corresponsales de la televisión española pues, desde 1976 a 1983, trabajó como corresponsal de TVE en Italia y el Vaticano. Tras un año de excedencia, comenzó a trabajar, en 1984, como corresponsal en Roma y el Vaticano en la Cadena COPE, en donde estuvo ligada prácticamente el resto de su vida. También colaboró en 13 TV, Telecinco, Cuatro y en los diversos magazines conducidos por María Teresa Campos, además de haber sido corresponsal en Venevisión (Venezuela) y en el Noticiero TV Hoy de Colombia. Recibió numerosos premios entre los que se encuentran el Premio Bravo Especial a la trayectoria ejemplar de toda una vida, concedido por la Conferencia Episcopal Española en 2010; la Cruz de la Orden de Isabel La Católica, concedida por el rey Juan Carlos I en 1999; el Premio Adelaide Ristori, concedido a 12 mujeres destacadas en sus respectivas profesiones en 1991; el Premio a la Profesionalidad, otorgado en 1978 por la cobertura realizada durante el Cónclave y por la información del asesinato de Aldo Moro. También ha escrito numerosos libros como "Huracán Wojtyla", "Abuela, háblame del Papa", "Dos Papas, una familia", "Caminando por Roma", "Los fantasmas de Roma", "De Benedicto a Francisco. El Cónclave del cambio", "Pasta, Pizza y mucho más" y "Cocina sin sal o Nutrición infantil", entre otros. Y, como curiosidad, el de "Los fantasmas de Roma" lo leí estando en el Seminario. Lo encontré en la biblioteca y estuve leyéndolo.

Como vemos, Paloma Gómez Borrero ha sido una de esas personas que dejan un legado realmente digno de ser recordado por sus sucesores. Pero también ha dejado una huella profunda en quienes la conocieron. Especialmente sus compañeros de profesión. Creo que, salvo en el caso de Juan Antonio Cebrián, no recuerdo escuchar y leer a todos los periodistas, independientemente de pertenecer a diferentes medios de comunicación, ser de ideologías distintas o trabajar en áreas tématicas diversas, hablar con tanto cariño de un periodista fallecido. Esto me ha llamado poderosamente la atención, al mismo tiempo que me ha alegrado pues se da también la circunstancia de que algunos de ellos son personas que admiro. Decía mi amigo Txomin Pérez, Delegado de Medios de la Diócesis de Palencia, tras compartir en Facebook un artículo en El País: "A sumar a "Objetivos en la vida". Llegar a merecer que, cuando me muera, escriban algo así de mi". En ese artículo, titulado "Bravísima Paloma", Luz Sánchez Mellado decía que "Así fue, la Borrero, una maestra sin saberlo (...) Una compañera leal, colega de sus colegas y divertida hasta la carcajada (...) Una narradora amenísima cuya anécdota más trivial podría abrir hoy un periódico a cinco columnas (...)". Para Luz Sánchez, Paloma fue alguien que, aunque la procesión pudiera ir por dentro, siempre tenía una sonrisa y una palabra amable para todos.

David Lozano, periodista de EsRadio ha escrito un artículo donde se hace eco de lo ocurrido esta mañana en el programa "Fin de Semana" de COPE, conducido por Cristina López Schlichting, donde  han homenajeado a Paloma Gómez Borrero. La presentadora comenzó diciendo "las 10, las nueve en Canarias sin Paloma" y dedicó unas cariñosas y emotivas palabras a quien fuera colaboradora del programa. Pero el momento mas conmovedor vino cuando leyó un mensaje que Paloma le envió estando ya hospitalizada. En él decía que esperaba poder acudir a la presentación de la novela "Los días modernos" escrita por Cristina y que tendrá lugar el próximo jueves.
Carlos Herrera, para quien Paloma Gómez Borrero era "La periodista de Dios (...) alguien que mandaba en Roma y el Vaticano más que el Papa", recordó como la periodista madrileña le concedió una audiencia con San Juan Pablo II: "el padre de Mariló Montero era muy religioso. Entonces le pedí un favor a Paloma, porque mi suegro tenía mucha ilusión en conocer al Papa. Ella lo arregló todo y nos concedió una audiencia con el Papa, en primera fila". También recordó una visita a Roma con unos amigos: "Ella no estaba en El Vaticano pero nos dijo que preguntásemos por un padre agustino. Nos atendió, nos enseñó instancias prohibidas del Vaticano y hasta nos abrieron para nosotros la Capilla Sixtina. Yo pensé que era una cámara oculta y que era un decorado".





Pero ha sido especialmente en las redes sociales donde los compañeros de Paloma Gómez Borrero se han despedido de ella con palabras realmente emotivas y cariñosas. Para Julia Otero fue alguien "Siempre vital, alegre, confortable, conversadora e inteligente". Ángel Expósito la considera "Única, irrepetible, inigualable como persona y como periodista". Anne Irgartiburu reconoce a Paloma como "Maestra en todo". Mariló Montero, por su parte, dedicó unas bonitas palabras a la periodista fallecida: "Te recorriste el mundo entero. Te faltaba el cielo. Allí te espera tu gran amigo. Gracias por haber existido". Daniel Arrébola, uno de mis amigos periodistas, dedicaba su programa de hoy, en Cope Cataluña i Andorra, a Paloma con estas palabras: "Dedicado a una monstrua del periodismo, maestra y compañera de la casa que nos dejaba ayer". Eva Fernández, actual corresponsal de COPE en Roma y el Vaticano recordó a Paloma Gómez de esta manera: "Hay personas que nunca se van. Imposible asimilarlo. Infinito mi agradecimiento. Siempre estarás muy cerca". Paloma García Ovejero, quien sucedió a Gómez Borrero en la corresponsalía de COPE en Roma y el Vaticano, y actual viceportavoz de prensa del Vaticano, escribió un tuit breve pero sentido: "Hasta siempre, Paloma. Hasta el final, Paloma. DEP".

Pero, como Paloma Gómez Borrero era también una amiga del Misterio y realizó intervenciones en programas como Cuarto Milenio, también ha sido recordada por periodistas como Iker Jiménez, quien recordó como "Pasamos muchas horas en el Vaticano, en lugares a los que tú solo tenías acceso. Aún no lo creo. Buen Vuelo, Paloma. Hay ángeles esperándote (...). Javier Sierra fue el fotógrafo excepcional de una de aquellas aventuras vaticanas hace ya mucho tiempo. Buen Vuelo Paloma Amiga". Carmen Porter, esposa de Iker y copresentadora de Cuarto Milenio, dedicó un bonito tuit a Paloma: "Gracias por los buenos momentos que nos dejaste compartir contigo, por tu sabiduría y tu cariño. No te olvidaremos. Buen viaje amiga.". Y el propio Javier Sierra escribió un emotivo post en Facebook con palabras como "No puedo creer que te hayas ido justo cuando planeábamos un viaje juntos a Fátima (...) Ahora que estás al otro lado, en ese mundo lleno de misterio del que tantas veces hablamos, toma buena nota de todo y haznos saber de ti de algún modo (...) Qué inmenso honor ha sido conocerte y tenerte entre mis amigas. La vida de quienes te hemos conocido, leído, visto o escuchado han sido mejor gracias a tu labor. Siempre nos has dado luz... por qué tu eres luz". Sobre ella el periodista Santiago Vázquez ha tuiteado que "Estoy triste. Ejemplo de humanidad y profesionalidad".
También algunos obispos como Luis Ángel Heras, obispo de Mondoñedo Ferrol, o  José Ignacio Munilla han recordado en Twitter a Paloma Gómez Borrero afirmando que la encomendaban en sus oraciones. Sacerdotes como mi amigo Julián Lozano, delegado de medios en la Diócesis de Getafe dedicó también unas palabras a la periodista fallecida, un emotivo mensaje acompañado por una fotografía donde ambos aparecen retransmitiendo la Misa del Domingo de Ramos del 2014 para 13Tv.

Pero no solo han sido periodistas y clérigos quienes han recordado a Paloma Gómez Borrero con afecto y emotividad, pues al homenaje se han sumado numerosas personalidades como Silvia Jato, para quien Paloma canalizó "con la imparcialidad periodística y el sentimiento propio, el mensaje de esos que ahora te recibirán con los brazos abiertos. Hiciste de la fe una sonrisa y convertiste la desazón en un impulso para los que estuvieron a tu lado. Siempre quedará tu obra y ésa, para alegría de los que seguimos, no te la llevas". Mariano Rajoy, por su parte, ha tenido unas palabras para quien ha sido "gran periodista y referente de lo que Roma y el Vaticano significa para nosotros".
Del mismo modo, numerosas personalidades anónimas llenaron las redes sociales con mensajes en los que recordaban con cariño a esta gran periodista. De hecho, en Twitter el hastag "Paloma Gómez Borrero" llegó a ser trending topic.



En definitiva, se ha marchado una gran periodista. Alguien que no solo fue una buena persona, sino que además ha dejado un gran legado, ha impreso una huella muy profunda en el alma y los corazones de muchísima gente, anónima o no, que ha seguido su trayectoria radiofónica y televisiva durante tantos años. Quien esto escribe ama la radio. Innumerables recuerdos de mi infancia están ligados a la radio. Cantaban los de The Buggies aquello de "Video killed the radio star". Pretendía, o eso parecía, ser una premonición funesta para la radio ante la presencia cada vez mas latente de la televisión en la vida de la gente. Cantaba otra canción, cuyo nombre no recuerdo, "qué bonito es ver los locutores de la televisión". Sin embargo, por mucho que la televisión nos permita ver, por ejemplo, partidos de fútbol o los Juegos Olímpicos, los leopardos de la sabana africana o el último reportaje de Cuarto Milenio... la radio tiene una magia especial. Siempre me gustó aquello que decía Iker Jiménez de "hazme una fotografía de lo que estás viendo" cuando mandaba a algún reportero a una de las investigaciones de Milenio 3. Esa es la magia de la radio. Paloma Gómez Borrero sabía realizar las mejores fotografías radiofónicas de todo lo que ocurría en Roma y el Vaticano. Nadie como ella sabía contarlo. Ella, aunque no lo pretendiera, fue una de las estrellas de la radio. Y el vídeo (la televisión) no la "mató", sino que supo amoldarse a este medio en el que también colaboró. Y, tanto en radio como en televisión, su aportación fue realmente maravillosa.

Hay vidas que merecen ser contadas, reza la máxima radiofónica. Juan Antonio Cebrián, decía que "cada día mueren diez o doce genios en el anonimato...". Pero a mi me gusta agregar que a veces, algunos días, pocos eso si, muere un gran genio, y no lo hace en el anonimato, sino que se marcha dejando impresa una profunda huella en quienes le conocieron. Paloma Gómez Borrero fue una de esas personas. Su historia merece ser contada y recordada. Su ejemplo merece ser seguido por todo aquel que desea trabajar en el mundo de la comunicación. Se van a cumplir diez años de la muerte de Juan Antonio Cebrián. Estoy convencido de que hoy ambos estarán conversando en el Cielo sobre los Misterios de esta vida y de la otra. Lloré mucho la noche que murió Juan Antonio Cebrián. Hoy he llorado al leer las emotivas palabras de Javier Sierra y al recordar aquellos viajes con mi padre en el viejo, y mítico, Renault 25 granate escuchando la radio. Paloma Gómez Borrero, al igual que Juan Antonio Cebrián, fue una de esas "estrellas de la radio" que me acompañó durante mi infancia, la cual en algunos momentos no fue fácil (pues sufrí acoso escolar... y éste provocaba mi insomnio), pero ellos me ayudaron a sobrellevarla un poco mejor. Y les estaré eternamente agradecido.

Por ello quiero finalizar este artículo diciendo: "Gracias, Paloma, por tanto. Gracias por esa forma tan afectuosa de hablar que tenías, sabías contar las cosas como si cada oyente, o televidente, fuera tu mejor amigo. Gracias por esas palabras que intercambié contigo en las ocasiones que charlamos. Especialmente gracias por aquellas palabras que intercambiamos aquella tarde en Crónica Blanca. La última vez que te vi en persona. Quiero ser comunicador, quiero trabajar en el mundo del periodismo, especialmente en la radio. Y para ello seguiré tu ejemplo, igual que sigo el de Juan Antonio Cebrián. Dice mi amigo Iñaki que somos enanos a hombros de gigantes. Y tú eres uno de esos gigantes que me ayudan en mi caminar vital. Un beso allá a las alturas. Descansa en paz y saluda a San Juan Pablo II de mi parte". Y hago mías las palabras de mi amigo Txomin Pérez. Ojalá cuando abandone este mundo hablen así de mí. Desde luego, trabajaré por conseguirlo.

Fotos: RTVE, Periodista Digital, Forum Libertas 




martes, 14 de marzo de 2017

I Evento SFD Madrid, una gran experiencia de aprendizaje y amistad

El pasado 10 de marzo tuvo lugar en la madrileña Gran Vía el I Evento SFD de Oratoria, Motivación Personal y Emprendimiento, que contó con la presencia de dos veteranos profesionales de la Oratoria como son Ángel Lafuente y Álvaro de la Torre y, además, con los noveles oradores Jaime Delgado, Víctor Mañero y Víctor Bustillo. El evento se realizó en el Instituto Vox (que, por cierto, no tiene ningún tipo de relación con el partido político).


El evento fue seguido tanto por los asistentes como por quienes vieron y escucharon las ponencias mediante la retransmisión en vivo que realizamos a través de la red social Facebook. De hecho puede decirse que el evento fue seguido, de forma mayoritaria, a través de las redes sociales pues, debido al horario, hubo personas que no pudieron asistir y conectaron con nosotros por Internet.
Por lo que hemos podido constatar escuchando a quienes siguieron, virtual o físicamente, las cinco ponencias, se puede decir que el Evento fue un éxito. De hecho los organizadores (mi amigo Jaime y yo) quedamos realmente satisfechos. Es más, creo que ambos podríamos decir aquello de "si hace tan solo un año me hubieran dicho que iba a organizar un evento con unos ponentes de tal nivel y que dejó una profunda y positiva huella en quienes escucharon las ponencias... hubiéramos creído que nos estaban tomando el pelo". Personalmente, además, puedo decir que si hace cinco años (cuando aún estaba saliendo de la depresión que sufrí) me hubieran dicho que me iba a dedicar a dar conferencias hubiera respondido "¿Yo? ni de coña".

Recuerdo cuando en 2007 me dijo Enrique (el conserje de la casa donde entonces vivía) "No es casualidad que tú y yo nos hayamos encontrado". Yo soy de los que no creen en las casualidades. De hecho, tengo la firme convicción de que nos hacemos amigos de personas con las que congeniamos rápidamente, gente que nos caen bien y con las que tenemos cosas en común y, además, sentimos algo positivo cuando pensamos en ellos. Hay personas con las que, nada mas conocerlas, sientes una especie de conexión espiritual, como si desde la Eternidad hubierais estado llamados a ser amigos... Incluso tienes la sensación de que conoces a estas personas desde siempre (¿existirá la preexistencia del alma? ¡Ah!... ¡insondable misterio!). Esto me ocurrió con mi amigo Jaime. Nos conocimos en uno de los foros de habla hispana mas importantes (especialmente por número de usuarios) que existen a nivel mundial. Poco a poco fuimos hablando y vimos que teníamos muchas cosas en común y una forma parecida de pensar y de ver la vida. De hecho, ambos habíamos pasado por la misma experiencia (depresión) habiéndola superado. Según iba conversando con él me fui dando cuenta de que, tal y  como decía Enrique, no era una casualidad haberle conocido. Nos hicimos buenos amigos y vimos que compartíamos muchas inquietudes vitales además de tener una filosofía parecida. Me contó que había intentado organizar un evento en su ciudad natal pero que, por diversas causas, había tenido que posponerlo indefinidamente. A mí desde pequeño me había gustado la oratoria (aunque, ya digo, no me veía hablando en público), por lo que decidí que uniendo nuestras fuerzas podríamos organizar juntos un Evento en Madrid. Además, yo tenía trato tanto con Ángel Lafuente como con Álvaro de la Torre, que son dos de los mejores oradores que hay en España y que cuentan con una amplia experiencia en este tipo de eventos. Por lo que pensé: "ambos nos pueden ayudar". Y así fue. Además, yo sabía que el Instituto de Turismo Vox, con quienes tengo cierta relación, era una buena sede para organizarlo, al estar en pleno centro de Madrid.

Una vista nocturna del Instituto Vox (con filtro Instagram)

Por otra parte, en verano había escuchado la invitación que el Papa Francisco había realizado en la JMJ de Cracovia a los jóvenes para que emprendieran una misión personal saliendo de su "área de confort" y ayudando a los demás a crecer como personas. Recuerdo haberlo comentado entonces con Jaime. Ambos tenemos claro que la formación no termina cuando uno acaba los estudios, sino que a lo largo de toda la vida, hasta el último aliento vital, continuamente uno tiene la oportunidad de aprender cosas nuevas. Por tanto, se puede decir que los seres humanos seguimos formándonos mientras estamos vivos. En octubre comenzamos a trabajar en el I Evento SFD de Madrid. Nos pusimos en contacto con los ponentes y, para alegría nuestra, todos se comprometieron a realizar una ponencia gratuita. De hecho, teníamos la idea de que el evento fuera gratuito. Aunque, eso si, algunos asistentes decidieron a título personal realizar una aportación voluntaria. Los meses de mayor intensidad fueron los de febrero y marzo, pues Jaime y yo grabamos una serie de vídeos dando a conocer el evento y hablando sobre diversas cuestiones de oratoria, motivación personal y emprendimiento. Además, yo escribí algunos artículos sobre filosofía aplicada al crecimiento personal, especialmente Lógica y Metafísica). El canal de Youtube de Jaime es éste, mientras que el mío es éste otro.

Y, por fin llegó el gran día. Álvaro de la Torre abrió la jornada con su ponencia sobre oratoria. Álvaro es licenciado en Derecho, Periodismo y Ciencias Políticas, con tres Máster y, además, doctorando en la Universidad Francisco de Vitoria, donde es profesor. Ha impartido numerosos cursos sobre oratoria, debate y comunicación pública. Tiene mas de diez años de experiencia como orador y, de hecho, ha ganado varias ligas de debate universitario tratándose, por tanto de una de las jóvenes promesas de la oratoria española.
Su ponencia, que versó especialmente sobre detalles técnicos de la oratoria, tuvo frases impactantes como "Los oradores se hacen y es muy importante conectar con el público". Citó, además, una frase de Frank Luntz: "Es no lo que dices, es lo que la gente entienda lo que importa". El resto de ponentes, especialmente Ángel Lafuente, insistió también en esa afirmación de "un orador se hace". Si bien es cierto que hay personas que parecen nacer con el don de hablar bien en público y tienen grandes habilidades sociales, también es posible que una persona, si se prepara y entrena duro, puede llegar a ser un gran orador logrando, además, comunicar cada vez mejor (sea ante un auditorio o ante una sola persona). Por otra parte, parece evidente lo que dijo Álvaro sobre conectar con el público, pues uno puede decir algo interesante pero aburrir a las ovejas, o puede hacer vibrar al auditorio con sus palabras. El buen orador es quien hace lo segundo, obviamente. En su ponencia dio, además, mucha importancia al lenguaje no verbal que, según casi todos los expertos, constituye practicamente el 80% de lo que transmitimos cuando nos comunicamos con los demás. Dijo, además, que nuestro tono de voz debe ser suave pero vehemente, de forma que captemos la atención del receptor pero sin llegar a intimidarle.

Álvaro de la Torre (imágen de portal Universidad Carlos III de Madrid)

Posteriormente tuvo lugar la ponencia de Ángel Lafuente. Licenciado en Filosofía, Técnico Superior en Relaciones Públicas, Técnico en Radiodifusión y Televisión, experto en Oratoria con más de treinta años de experiencia, además de Presidente Fundador del Instituto de Técnicas Verbales. Si no recuerdo mal, en 2011 asistí a su Curso sobre Cómo Hablar con Eficacia, saliendo entonces practicamente convencido de que yo podría llegar a ser capaz de saber comunicar. De hecho, a lo largo de estos años he ido poniendo en práctica sus consejos y se puede decir aquello de "realmente funcionan". Comenzó reconociendo el terror escénico que tenía cuando, de pequeño, le tocaba hablar en público. Aunque, eso sí, afirmó en varias ocasiones que lo natural no es el miedo escénico sino el placer escénico. Si nos da pánico hablar en público, decía, es debido a la educación castrante (de tipo prusiano, que desde pequeño hemos recibido ya que "al sistema no le interesa que sepamos comunicar". Criticó, especialmente, aquellos mensajes que escuchábamos de pequeños: "Niño, tú ver, oír y callar" o "de esto no hables que no tienes ni idea" (como dando a entender que al ser niños éramos tontos). La Oratoria, afirmó, ha sido siempre tan importante que "en Grecia quien no sabía hablar, no podía entrar en política" (lo cierto es que nos vendría genial que esto se aplicase en nuestro país ¿Verdad?). "Hablamos tal y como somos", aseguró. Creo que esta verdad es evidente por sí misma. De hecho, se puede decir que cuando nos relacionamos con los demás lo hacemos mostrando nuestros principios y valores. Por ello nuestro lenguaje no verbal nos delata cuando mentimos. De ahí la importancia que tiene la comunicación no verbal. Pero Ángel Lafuente, que se reconoce un "enamorado de la Palabra hablada" realizó una invitación a los asistentes realmente positiva e impactante "enamórate de tí mismo, del mensaje y del destinatario del mismo". Dijo algo sobre la autoestima desde su fe cristiana: "debes amarte a tí mismo para poder amar a los demás" (de hecho, el propio Jesús lo dice bien claro en el Evangelio, aunque a veces se nos escapa: "ama a tu prójimo COMO A TÍ mismo". También reconoció que "yo cada día me quiero más a mi mismo, y cuánto más me quiero... más amo a mi esposa, hijos, amigos...". El resto de los ponentes también incidió en este aspecto. De hecho, quien esto escribe, aseguró en su ponencia que "antes de cambiar el mundo, primero debes cambiar al hombre o la mujer que ves en el espejo cada día cuando te levantas".


Ángel Lafuente


El tercer ponente fue quien esto escribe. Es decir, Víctor C. Bustillo, licenciado en Humanidades, Máster en Ciencias e Historia de la Antiguedad (UCM), Máster en Periodismo Social (Fundación Crónica Blanca-Universidad San Pablo CEU), escritor y autor de la novela histórica Crónica de un Cantar Hispano y emprendedor que actualmente colabora (colaboro) en el programa El Espejo de la Diócesis de Getafe y en Iglesia Noticia, ambos en COPE Madrid Sur y en Manos Unidas Getafe. Comencé hablando de la fuerte ruptura emocional que supuso para mí el salir del Seminario en marzo de 2009, situación que me llevó a una fuerte depresión y un enorme vacio existencial que comencé a superar en 2011. Fueron dos años en los que me preguntaba constantemente ¿Para qué he nacido? ¿Por qué no puedo ser cura? fue un tiempo de enorme sufrimiento, pues estaba realmente obsesionado con el sacerdocio y no aceptaba otra cosa que no fuera ser sacerdote, sin embargo no conseguía volver al Seminario. Y eso me frustraba enormemente. Sin embargo, tal como conté en la ponencia, todo comenzó a cambiar en mayo de 2011 cuando Gonzalo Ruiz Zapatero, mi antiguo profesor de Prehistoria en la Complutense y uno de mis mejores maestros, me propuso realizar un Máster. Cursar el Máster en Ciencias e Historia de la Antiguedad supuso para mí el recuperar el sentido de mi propia existencia, puesto que me di cuenta de que la Historia es lo que en realidad me apasiona. Pero, sobretodo, comprendí entonces que mi verdadera vocación es ser escritor y comunicador, algo que confirmé cuando cursé el Máster en Periodismo Social.
También hablé sobre que existen diversas vocaciones (resumidas en "vida", "espirituales", "humanas" y "laborales"). Expliqué lo que es la Misión Personal, cual su objetivo, como descubrirla mediante el discernimiento, cuales son sus elementos claves y, al igual que el resto de los ponentes, reiteré la necesidad de obrar con paciencia, pero sin pausa, atendiendo al momento presente para labrar en el Aquí y Ahora nuestro futuro. Expliqué también que la Interdependencia es vital para nosotros, pues no es buena la dependencia (Me refiero, claro está, a la "no obligada", es decir a personas que estando sanas y sin tener problemas físicos son dependientes emocionalmente hablando de otras personas. Pues esta dependencia no nos permite lograr la realización personal). Del mismo modo tampoco es buena la excesiva independencia (pues no te sirve de nada conseguir algo si no tienes con quien compartir tu felicidad). Insistí especialmente en la necesidad de vivir bajo los paradigmas y principios correctos para realizar con eficacia la misión personal a la que estamos llamados, mostrando además que "el verdadero cambio es el que ocurre de adentro hacia fuera" y afirmé que, "como cantaba Michael Jackson, antes de cambiar el mundo tienes que cambiar al hombre o la mujer del espejo". También dije que la frustración se vence aceptando las cosas tal como son y puse como ejemplo a Juan Antonio Cebrián, quien siendo adolescente se quedó ciego y, a pesar de todo, consiguió su gran sueño de ser periodista, siendo además uno de los mayores divulgadores de la Historia que ha habido en nuestro país con sus célebres Pasajes de la Historia. Además el periodista albaceteño decía una frase muy ligada a la Misión Personal: "Lo importante es que las cosas sean lo suficientemente relevantes como para dignificar la memoria que leguemos a nuestros sucesores" y "Un truco para levantarnos y sobrevivir a diario consiste en ser positivos y sonreír por los dones que los dioses nos regalan". Insistí también en que la actitud es fundamental, usando para ello una frase que Jaime repite en sus vídeos y escritos "si te levantas el lunes pensando que odias los lunes, ten por seguro que ese día será una mierda. Y no porque sea lunes, sino porque tu actitud es incorrecta". Además invité a los asistentes y al resto de los ponentes a ser algo quijotescos en la vida, viviendo la vida que uno realmente quiere vivir y no la que los demás (o, lo que es lo mismo, el sistema) quieren que vivamos, luchando para ello contra los "molinos" (nuestros miedos, inseguridades, prejuicios, pensamientos negativos....) y los Sancho Panza (desmotivadores, vampiros psiquicos...) que nos encontremos en nuestra aventura vital. Invité además a vivir desde el primer momento como si ya fuéramos aquello con lo que soñamos (Por ejemplo, quieres ser escritor.... vive desde el primer momento como si ya lo fueras, con un método de trabajo, una dedicación, ect.).
Como culmen de mi ponencia recordé lo que viví tras mi salida del Seminario, diciendo que aquellos dos años de barbecho (2009-2011) me ayudaron a crecer para poder ser lo que soy actualmente y que la depresión me ayudó mucho. Dije que "si yo superé la depresión, tú también puedes hacerlo" y terminé con una pregunta: "Cada uno de nosotros tiene una misión que realizar en este mundo. En vuestras manos está el hacerlo con eficacia para poder ser realmente ser felices ¿Estás dispuesto a hacerlo?".

Víctor C. Bustillo
  
Después tuvo lugar la ponencia de mi tocayo Víctor Mañero, quien nos habló sobre "emprender con inteligencia emocional". Al igual que yo, sufrió acoso escolar en el colegio llegando hasta tal punto de sufrimiento que llegó a decirle a su padre que "o me cambias de colegio o me tiro a las vías del tren". Terminó cambiándose de centro educativo llegando al Colegio Zuloaga (como entonces se llamaba el antiguo Liceo Zuloaga, hoy Agora International School Madrid) que en aquella época dirigía mi madre. Nos contó que en el Zuloaga se sintió acogido y poco a poco, a lo largo de los años, fue superando la situación vivida anteriormente y creciendo como persona. De hecho, se mostró muy agradecido tanto hacia mi madre como hacia profesores del colegio como Estrella que, sin duda alguna, le ayudaron mucho durante aquel tiempo de formación. Posteriormente, tal y como contó, estuvo estudiando y trabajando en diferentes campos hasta que llegó a su actual dedicación: el coaching, el cual estudió en la Escuela de Inteligencia de Madrid. Durante su ponencia nos preguntó "¿Cuántos `no´estás dispuesto a aguantar?". Ciertamente, nos encontramos a diario con los que yo llamo "desmotivadores", personas que te dicen "no lo intentes porque no lo vas a conseguir" o "eso no es para ti", ello a pesar de que tú estás convencido de tus dones y talentos. Pero tenemos también el caso de personas que te cierran la puerta a trabajar en algo simplemente porque no confían en ti. Se puede decir que hay personas con gran talento que han sido condenadas", en cierta forma, poco menos que al ostracismo al no haber tenido ocasión de demostrar sus talentos viéndose, por ello, obligados a abandonar el camino que deseaban realizar debido a los constantes "no" que recibieron. Sin embargo Víctor Mañero nos animó a emprender, a tomar las riendas de nuestra vida trabajando en aquello que realmente nos apasione. En algún vídeo que grabé hace unos meses yo mismo decía "no busques trabajo, créalo". Pues ésta era, de alguna forma, la idea fuerte del discurso de mi tocayo. No te resignes a escuchar continuos "no" en tu vida. Si no te dan la oportunidad de trabajar en aquello que te gusta... crea tú el trabajo emprendiendo. 
Y nos animó a emprender con inteligencia emocional. Es decir, aprendiendo a gestionar nuestras emociones, apreciándolas y expresándolas de manera justa y empleando nuestra sensibilidad para motivarnos, planificar y realizar de manera cabal nuestra propia vida. Este aspecto de la inteligencia emocional estuvo presente, mas o menos de forma similar, tanto en el discurso de Jaime como en el mío. Ambos también hablamos sobre actuar con responsabilidad, es decir sabiendo responder con habilidad ante los diversos avatares de la vida. No es malo sentir emociones, dijo también Jaime, lo malo es dejar que las emociones te arrastren. Es decir, un día te sientes triste, pero no reprimas esa tristeza. Sé consciente de esa tristeza, obsérvala, busca sus causas e, incluso, aprovecha de forma creativa ese sentimiento. Por ejemplo escribiendo o componiendo una canción. Con el resto de emociones igual. En vez de dejarte llevar por ellas haz cosas con las que puedas canalizarlas sin hacer daño a nadie (por ejemplo ve al gimnasio y golpea el saco de boxeo cuando te sientas enojado, o corre por el campo si estás estresado, ect.). Mas o menos en esto consiste la Inteligencia Emocional y el saber gestionar las emociones.
Víctor Mañero también nos recordó que "en un mundo que está en constante cambio, el que se para se muere" pues la vida está en constante cambio, no somos los mismos que hace cinco años y dentro de los mismos años seremos diferentes a como somos hoy en día. Decía Heráclito que nunca nos bañamos dos veces en el mismo río, pues las condiciones han cambiado de la primera a la segunda vez que lo hacemos. Por otra parte, sin movimiento no hay vida. Por tanto, sin movimiento no puede haber un verdadero crecimiento personal.
Dijo además una frase que me encanta y que para mí tiene una historia curiosa "en esta vida o ganas o aprendes". Cuando en mayo del año pasado estuve en Málaga y, mientras tomaba una cerveza con un amigo, vi una servilleta en un bar que llevaba escrito un mensaje que me gustó mucho: "unas veces se gana y otras se aprende". Recuerdo cuando, al poco de salir del Seminario, un primo mío me dijo "no existen los errores, existen las ocasiones para aprender". Esto es, en resumen, lo mismo que dijo Víctor Mañero durante su ponencia. No tenemos que tomarnos la vida como si fuera un valle de lágrimas ni tampoco enfocarla desde un punto de vista completamente hedonista, sino que estamos aquí para realizar una misión concreta y cada día es una nueva oportunidad para aprender y emprender, además de para crecer. De hecho, se puede decir que incluso cuando "ganamos" también estamos aprendiendo.
Víctor terminó su ponencia de forma magistral diciendo que "puedes ver la vida como algo imposible.... o como I´m possible". 

Víctor Mañero

Posteriormente llegó el turno de Jaime Delgado, quien cerró el evento con una ponencia que supuso un magnífico colofón para una gran jornada de formación y aprendizaje. Jaime es un estudiante y emprendedor malagueño que en 2014, tras superar una dura depresión, sobre la que escribió en Exposure, tomó la decisión de ayudar a los demás a crecer como personas. Tiene una página en Facebook y también es autor de un canal de Youtube donde reflexiona sobre oratoria, motivación personal y emprendimiento. Tiene además un blog en Wordpress con muy buenos artículos. Como ya he dicho, tengo el honor de ser amigo suyo y, aunque él lo negará, se trata de uno de los tipos mas sabios que conozco. De hecho puedo decir que él, con su exultante juventud, me está enseñando mucho mas que la mayoría de la gente de mi edad.
Comenzó su ponencia mostrándonos un bolígrafo verde que depositó sobre la mesa. Nos advirtió sobre algo que puede sucedernos en este tiempo nuestro, donde estamos tan habituados a la inmediatez de Internet y la superficialidad con la que mucha gente utiliza aplicaciones como Tinder. Dijo que: "Quizá puede ocurrirte que descartes en un segundo (debido a prejuicios, condicionamientos, gustos) a una persona, pero... ¿Y si esa persona puede cambiar tu vida?". Por experiencia propia, puedo dar fe de que esto es cierto pues ha habido personas en mi vida que quizá en un primer momento tuve la tentación de rechazar tener trato con ellas pero que terminaron siendo buenos amigos y me ayudaron muchísimo e, incluso, provocaron cambios positivos en mi vida. Por tanto, no se puede utilizar a las personas como si fueran una mera fotografía de Tinder a las que descartas con mover el dedo. Tampoco podemos ser superficiales cuando conocemos a una persona sino que tenemos que emplear tiempo en conocerles, sin juzgarles a primera vista, estando abiertos a tener trato con ellos y no tener miedo al rechazo "pues, cuando te acercas a un desconocido, lo peor que te puede pasar es que te diga amablemente `encantado´ y no vuelvas a saber de él.
Jaime nos enseñó, además, que la paciencia es una virtud fundamental pues "las cosas más importantes de la vida requieren paciencia. Todos debemos tener paciencia para poder crecer, para poder lograr objetivos". También aseguró que "el carpe diem, tal como lo entendemos en 2017, es una mentira que nada tiene que ver con aquel carpe diem del que hablaban los filósofos griegos. Debemos vivir el momento presente sin negar el pasado y el futuro pues, de hecho, vivimos en un presente enfocado al futuro". Jaime suele decirme mucho aquello de "Roma no se hizo en un día". Y es bien cierto, pues Roma no pasó en un solo día de ser un poblado de agricultores a ser un gran Imperio, sino que tardó varios siglos en hacerlo, con duro trabajo y paciencia. Así debe ser nuestra labor en la vida. Por otra parte, doy la razón a Jaime con respecto al "carpe diem" pues lo que somos actualmente lo somos por las cosas buenas y malas que nos han ocurrido, pues nos han forjado y enseñado mucho, e, igualmente, desde el momento presente vamos construyendo el futuro. Lo que ocurra mañana estará determinado por las decisiones y acciones que tomamos hoy.
En su ponencia, Jaime nos instó también a no ser conformistas: "Cuando consigues un objetivo te pones otro, no te conformas" y nos aconsejó poner pasión en todo lo que hacemos y a creernos que realmente podemos conseguir aquello que nos proponemos, teniendo gran esperanza y optimismo. Sobre el optimismo dijo que "es el ingrediente secreto de nuestro crecimiento personal". Bien cierto es que nunca se supo de nadie que desconfiando en sus propias posibilidades lograse algo que estaba seguro de que no iba a poder realizar. Por ello, como dijo Jaime, "Lo importante es lo que tú te dices a ti mismo". Todos los expertos coinciden en la importancia de tener un buen diálogo interno, pues los pensamientos ejercen una gran influencia en nosotros. Es más, Jaime aseguró que "un pensamiento puede cambiarte la vida".
Otra recomendación fue el autoconocimiento. El viejo adagio clásico rezaba "conócete a ti mismo", por ello, aseguró, "conocerse a uno mismo es el mayor talento que podemos tener". Conociéndote a ti mismo puedes saber cuales son tus errores para corregirlos, si es posible, y tus virtudes para potenciarlas. Una cosa que Jaime suele recomendar en sus vídeos y, también recomendó en la ponencia, es dedicar momentos diarios a la reflexión personal, para ver como ha ido el día, para averiguar si estamos viviendo o no de forma acorde a nuestros valores y principios, para ver si estamos realizando nuestro trabajo de forma eficaz o no y para planificar aquello que nos proponemos hacer. Recomienda especialmente dedicar unos minutos al día a meditar, especialmente al levantarnos.
También dijo que la aceptación es la base de la superación pues ésta sin aceptación es mera cirugía estética. De nada sirve que trates de superarte a ti mismo si no te aceptas tal y como eres. Quizá hay cosas que no vas a poder pulir o eliminar de tu vida. Por ejemplo, tal vez tienes un problema físico, pues debes aceptarlo trabajando por conseguir lo que te propones a pesar de ese problema. Por último nos invitó a apostar por aquello en lo que uno es bueno potenciando las cualidades y talentos que tenemos.
Culminó su ponencia afirmando que "éste boli con el que he comenzado la charla quizá no es muy bonito ni valioso. De hecho, es de publicidad. Pero si Cervantes hubiera nacido en nuestra época habría escrito El Quijote con él". Y es que, efectivamente, estamos llamados a realizar nuestra misión personal con los dones y talentos que tenemos, aceptándonos tal y como somos, y nadie  puede realizarlo por nosotros. Pero si pueden ayudarnos a conseguirlo. Pero, eso sí, hacerlo depende de nosotros.

Jaime Delgado

Se puede decir, en definitiva, que este I Evento SFD de Oratoria, Motivación Personal y Oratoria de Madrid tuvo grandes ponencias que hicieron disfrutar tanto a quienes asistieron en persona como a quienes las siguieron a través de las redes sociales. Próximamente estarán disponibles en un canal de Youtube que habilitaremos para ello, pero de momento podéis ver un anticipo con las grabaciones en directo que realizamos a través de Facebook en la página del evento. Tras finalizar las ponencias, los más jóvenes nos fuimos a celebrarlo compartiendo la vida mientras tapeábamos en plena Gran Vía. Por la tarde Jaime y hicimos una recapitulación sobre lo que había sido tanto el evento en sí como la preparación anterior y estuvimos hablando de próximos proyectos y aventuras que, sin duda alguna, se presentan apasionantes. Como dije al principio de este artículo, no es casualidad que hayamos coincidido en la vida y nos hayamos hecho amigos. Del mismo modo, tampoco es casualidad que entre los más jóvenes del evento se haya producido igualmente una sensación de amistad y compañerismo que parece indicar que podemos trabajar en equipo, y de forma sinérgica, por crear algo realmente interesante. Tal y como he titulado este texto, el I Evento SFD ha sido una gran experiencia de aprendizaje y amistad. Desde el pasado lunes estamos trabajando para que el II Evento SFD sea aún mejor. Con pasión y entusiasmo, así será.

La vida es una aventura apasionante ¿Estás dispuesto a comenzar a vivir de verdad? de tí depende





miércoles, 1 de marzo de 2017

Viajes y experiencias: Jaén, tierra de misterios (II). Es imposible desobedecer al Misterio

De aquel viaje guardo, por tanto, un grato recuerdo, especialmente el de aquella inolvidable jornada por la Sierra Mágina y el Santuario de la Virgen de la Cabeza. Volví a Jaén en 2007, invitado de nuevo por aquella familia amiga que mencioné en el anterior artículo.  Sin embargo,  no fuimos a Bélmez, ni tampoco a Andújar.  En esta ocasión decidieron enseñarme Úbeda y Baeza, dos villas que recomiendo encarecidamente visitar por la belleza de sus monumentos, realmente impresionantes. Ya de vuelta a casa, pasé toda una mañana en Jaén con mi amigo, inolvidables horas de turismo y tapeo. Como aún no conocía Jaén capital, decidió enseñarme los lugares más bellos de la ciudad: la catedral, la basílica menor de San Ildefonso, la Magdalena... pero si algo me impresionó especialmente fue, sin duda alguna, la catedral de la Asunción, donde se encuentra el Santo Rostro. Durante todo el rato que estuvimos dentro de éste templo sentí que allí verdaderamente está Dios. Puede sonar paradójico, pues los católicos creemos que Jesús está realmente presente en la Eucaristía, por tanto en cada sagrario de cada iglesia podemos encontrarnos cara a cara con Dios. Sin embargo, lo que sentí al caminar entonces por la cateral de Jaén fue algo poderoso que he sentido en muy pocos lugares. Era una sensación de profunda paz entremezclada con la enorme certeza de que yo estaba yendo por el camino correcto (pues poco antes había sentido esa "llamada" que me llevó al Seminario). Puedo asegurar que pocas veces he visto las cosas tan claras como en aquel momento. Tuve una sensación de pequeñez y, al mismo tiempo de saber que Dios me estaba llamando a servir a los demás, a ayudarles. Me postré de rodillas junto al Santo Rostro, y durante unos minutos estuve contemplándolo. De vez en cuando también miraba al altar. Sentí varios escalofrios y... me emocioné. Mi amigo me dijo después que había estado varios minutos rezando, en completo silencio, totalmente concentrado. Cuando salí de la catedral tuve el convencimiento de ser una persona nueva, muy distinto a como había sido hasta entonces. Quería realizar aquello a lo que me sentía llamado por Dios. Y deseaba hacerlo cuanto antes. En mi corazón ardía un fuerte sentimiento de ayudar al prójimo.



Un año después entré al Seminario. Durante un tiempo estuve formándome para ser sacerdote. Sin embargo, terminé viendo que aquella no era mi vocación y terminé saliéndome. Años mas tarde realicé un Máster en Historia Antigua, y después otro en Periodismo Social. Como ya sabéis, hasta que decidí hacer el primer máster estuve luchando contra una fuerte depresión que me llevó a sentir un enorme vacio existencial y la constante pregunta de ¿Para qué he nacido? Realizar aquel máster, volver a escuchar un programa de radio que me entusiasmaba y hacer nuevas amistades me ayudaron a vencer a la depresión. Pero seguía preguntándome qué quería exactamente Dios que hiciera con mi vida. Comencé a recibir una respuesta a esta pregunta durante un viaje a Lourdes que realicé en 2014. Me encontraba en una capilla rezando cuando me vino a la mente una frase ("Mía es la Victoria") acompañada de una imagen de la Vírgen María. Entonces le pregunté "¿Qué debo hacer?" y otra frase inundó mi mente: "escribe, escribe, escribe...". Poco después tuve la oportunidad de hablar con el escritor Javier Sierra, quien me animó a escribir "pues estás en la mejor edad, ya que comienzas a tener una perspectiva vital que te permitirá escribir a conciencia, sabiendo lo que dices y por qué lo dices". En cierto modo, era verdad. Pues, aunque aún sigo siendo joven, he vivido ya bastantes cosas como para saber lo que es la vida y poder dejar una huella en el mundo ejerciendo una influencia positiva en los demás. Pero necesitaba que alguien me diera el empujoncito "de gracia". Fue mi amigo y también colega escritor Luis Ignacio Rodríguez quien me dijo literalmente "tío, es una pena que no aproveches el talento que tienes". Esto me lo dijo en marzo de 2015. Esa misma tarde comencé a escribir mi primera novela histórica: Crónica de un Cantar Hispano, publicada en 2016. Pero en ese mismo mes de marzo tuve otra moción espiritual. Ocurrió durante unos días que pasé de retiro personal en el convento capuchino de El Pardo. Decidí abrir un videoblog dedicado, especialmente, a hablar sobre oratoria, motivación personal y emprendimiento (aunque también quiero hablar sobre Historia, Misterio e, incluso, temas de actualidad. De hecho, cuando falleció Bimba Bosé dediqué un vídeo a hablar sobre el cáncer). También escribo en la sección de Historia de "Qué Aprendemos Hoy", colaboro con el "Espejo de la Diócesis de Getafe" (COPE) y con la delegación diocesana getafense de Manos Unidas. Por tanto, se podría decir que me encuentro, de alguna forma, en el camino correcto para realizar la Misión Personal a la que me siento llamado. Sobretodo me apasiona comunicar y poder ayudar a los demás. Como he dicho antes, deseo dejar huella en el mundo ejerciendo una influencia positiva en los demás. Pero ha sido en este 2017 cuando he comprendido muchas cosas sobre esa Misión Personal.



En navidades volví a la catedral de Jaén. Fuimos allí a misa tanto el día de Año Nuevo como el de Reyes. Y volví a sentir aquellos escalofríos de 2007 que, de nuevo, estuvieron acompañados por una fuerte sensación de certeza. Poco antes, a principios de diciembre, había estado de Ejercicios Espirituales y ya entonces vi claro que Dios aprobaba ese camino de la Misión Personal al que estoy haciendo referencia en éste artículo. Mientras paseaba por la catedral de Jaén, admirando su belleza tanto interior como exterior, me venían los recuerdos de las dos vivencias anteriores. Sentí exactamente lo mismo que había sentido cuando estuve en Bélmez de la Moraleda y cuando en 2007 recé en la Catedral de Jaén. Pero no solo recordé estas dos experiencias. De pronto me vinieron otras sensaciones del pasado. Recordé lo que sentí aquella noche en Fátima (2008) durante la procesión de las antorchas. Había ido a Portugal con el Curso Introductorio del Seminario. Y esa noche, mientras caminabamos por la explanada del Santuario, ví un bello meteorito (¿o cometa?) verde que imprimió en mi mente la palabra Esperanza. Lo curioso es que casi nadie lo vio, salvo un niño (el único que me creía. Ya sabéis... de ellos es el Reino de los Cielos). Pero también recordé aquella noche de Pelayos de la Presa (2012), cuando ví aquel OVNI que me sacó de la depresión. Volví a postrarme ante la Santa Faz a rezar mientras pensaba en todo esto y, de pronto, todo cobró pleno sentido. Desde entonces veo claro lo que Dios quiere de mi. Cuando me llamó a seguirle en 2007 lo que me estaba queriendo decir era que quería que me comprometiera a vivir mi cristianismo de un modo real, siendo integro y honesto con mis principios y valores. Yo, como he contado, lo había interpretado como una llamada al sacerdocio. Pero no era así. En realidad Dios quería que comunicase a través de mis escritos, o de los vídeos que grabo, sobretodo que la vida tiene un sentido pleno, que no somos fruto de la casualidad sino de un Dios que nos ama y ha pensado en nosotros desde la Eternidad, y que todos los seres humanos estamos llamados a realizar una Misión Personal, pues todos tenemos dones y aptitudes que Él nos ha dado. TODOS VALEMOS PARA ALGO. Pero, igual que a mi me ocurría antes de decidirme a escribir mi primera novela histórica, a todos nos hace falta que alguien nos de un empujoncito, una palabra de ánimo y consuelo, que nos motiven a ser mejores personas. Y creo que es a lo que Dios me llama.

El Principito decía aquello de "Cuando el Misterio es demasiado grande, resulta imposible desobedecer". Cuando termino de escribir un artículo, un nuevo vídeo en Youtube, o un capítulo de mi segunda novela histórica (que será continuación de la primera) siempre me pregunto ¿De donde viene la inspiración? Siempre he tenido la sensación de que cuando nos sentimos inspirados fuera como si estuvieramos conectados a una red WIFI y "descargásemos" datos que después comunicamos por escrito o por vía oral. Para mí, esa "red WIFI" es el Espíritu Santo, pues tengo la costumbre de invocarle durante mi día a día, especialmente cuando quiero escribir. En cualquier caso, veo claro que el Misterio forma parte de lo más esencial que hay en mí, pues el Misterio con mayúsculas es Dios. Y ha pensado en mi desde la eternidad. Me llama a realizar una Misión Personal concreta y trabajaré por llevarla a cabo, poco a poco, con esfuerzo y entusiasmo. De alguna forma me siento llamado a dar Esperanza a los demás.


Por ello, desde el año pasado también estoy muy metido en el mundo del crecimiento y la superación personal. Al haber sufrido acoso escolar durante mi infancia, y una dura depresión tras mi salida del Seminario, sé perfectamente lo que es pasar por momentos duros, por ello me he decidido a ayudar a los demás, siguiendo la estela de aquella "llamada" que sentí hace ahora diez años. Y por éste motivo he dedicado un videoblog a hablar, especialmente, sobre esta temática.  Además, el próximo 10 de marzo voy a dar una conferencia en Madrid sobre la Misión personal, la cual espero sea la primera de muchas, por otra parte. Será dentro del I Evento SFD de Motivación Personal, Emprendimiento y Oratoria (si queréis inscribiros o pedir mas información podéis escribir a eventosfdmadrid@gmail.com).

Pero fue el pasado fin de semana cuando, de alguna manera, sentí la confirmación de todo esto que acabo de contar. El sábado acudí al Cerro de los Ángeles a una jornada de formación dedicada a las redes sociales. Concluyó con una Eucaristía, y me confesé. Hasta aquí todo mas o menos "normal". Poco después, ya en el Cercanías, me enteré de la muerte de Pablo Ráez, un muchacho malagueño que vivía en Marbella y durante dos años estuvo luchando contra la leucemia. Pablo fue, sin duda alguna, todo un ejemplo de como afrontar una dura enfermedad desde la positividad, la esperanza y el querer enseñar a vivir de verdad a los demás. De hecho, en una ocasión llegó a decir que "lo triste no es morir, lo triste es no saber vivir". Yo había seguido con cierta frecuencia las publicaciones que realizaba este joven en la red social Facebook. En alguna ocasión le llegué a escribir alguna que otra palabra de ánimo. Por éste motivo, su fallecimiento me conmocionó profundamente. Además, es un caso muy parecido al de una amiga mía que falleció tras dos años luchando contra un tumor cerebral. También Paloma mostraba su fortaleza y sus ganas de vivir con gestos como declinar, educadamente, que la ayudases a llevar la bandeja del comedor (éramos compañeros del colegio). Solía decirme "tranquilo Víctor, yo puedo, tengo fuerzas". Pero el caso de Pablo tuvo una gran repercusión social tanto por su manera de afrontar la enfermedad, como porque consiguió que las donaciones de médula ósea aumentasen considerablemente. Pero no sólo eso. Tal y como dice su hermana, Pablo creía que el mundo podía ser un lugar mejor. Y José López Solórzano, párroco y amigo suyo, dijo en la homilía del pasado domingo que Pablo "hizo lo que tenía que hacer, ha dejado su huella en este mundo. Sigamos nosotros".

Ayudar al prójimo a levantarse y a subir cuestas vitales es mi Misión Personal
Como digo, me siento profundamente conmovido cuando pienso en el ejemplo y testimonio de Pablo Ráez. Pero, especialmente, cuando leo las palabras de su párroco, pues me siento interpelado por ello. Contaré algo personal relacionado con la confesión que tuve el sábado. Durante los últimos meses estuve algo agobiado y con estrés. El sacerdote, que también se llama Pablo (lo cual creo que no puede ser casualidad) me conminó a no vivir una vida mediocre y a confiar en Dios. Después vi que Jesús en el Evangelio, que ya era el del domingo, precisamente decía aquello de "no estéis agobiados". Después, ya en el Cercanías, leí en Twitter lo de la muerte de Pablo Ráez. Y comencé a albergar un deseo de seguir su ejemplo vital. Por tanto, deseo recoger el testigo que él y mi amiga Paloma me dejaron con su ejemplo y poder ayudar a los demás, realizando con ello la Misión Personal a la que estoy llamado.

He querido traer aquí estas experiencias vitales porque considero que nada hay de casualidad en las cosas que uno vive. Y son todas ellas vivencias que, de una u otra forma, me han marcado y me hacen ser consciente de quién soy, de donde vengo y adonde quiero ir. Yo antes tenía cierto miedo a la vida, a la incertidumbre del futuro, a que algún día pueda faltarme la salud. Pero hoy ya no me ocurre. Quiero vivir la vida haciendo el bien y, sobretodo, enseñar a los demás a vivir siendo libres y felices.