lunes, 11 de abril de 2016

Reflexiones sobre la corrupción política y social

Corrupción: grave problema de nuestro tiempo
Hoy en día se habla mucho de corrupción. Vemos a diario como, prácticamente, los Medios de Comunicación nos dan noticias nuevas sobre ella. Los ejemplos más recientes los tenemos en "Los papeles de Panamá" y en la detención esta mañana de Mario Conde. Todos los partidos tienen algún caso de corrupción en sus filas, incluso hemos visto caer en ello a antiguos miembros de la Familia Real. Se puede decir que se trata de un problema que afecta a todo el conjunto de la sociedad y, aunque tanto la policía como la Justicia ponen toda la carne en el asador para perseguirla, no conseguimos terminar con ella.
Cometemos un error si pensamos que la corrupción es algo propio de "tal o cual partido". No tengo mucha costumbre de ver la televisión normalmente. De hecho, la veo más bien poco, pero lo que menos veo son las noticias. Sinceramente, creo que los telediarios nos presentan como novedades cosas que, en realidad, son caducas y reiterativas, aunque cambien los nombres. Entre la Gurtel y el Caso Filesa en realidad no hay tantas diferencias. Ciertamente, la corrupción es algo que ha existido siempre y que, por desgracia, seguirá existiendo si no ponemos verdadero remedio, si no atacamos sus causas primarias y más profundas.

Como cristiano considero que la corrupción nace del pecado del hombre. Se que es políticamente incorrecto hablar de pecado en 2016, pero lo voy a hacer. De hecho, me gusta ser incorrecto políticamente a la hora de dar mi opinión. .Si leemos la historia de Adán y Eva vemos que ya la Biblia nos habla de corrupción como una trasgresión de las leyes para hacer algo moralmente malo. Dios les había dicho bien clarito: "No comáis del árbol del Bien y del Mal porque moriréis". Se trata de una norma que, personalmente, siempre he interpretado en el sentido de que solo a Dios compete juzgar el bien y el mal cometidos por el hombre. Hablo en términos teológicos, claro está, evidentemente los jueces tienen instrumentos para juzgar según la ley humana... y deben hacerlo siempre que esta sea moralmente aceptable, lógicamente. Ya Heráclito hablaba de una Ley Universal, de un Logos Universal que debe regir nuestra conducta y que podríamos considerar como análogo a los Diez Mandamientos de nuestra cultura judeocristiana. Según el filósofo griego, el juez humano debe legislar basándose en ese Logos Universal, Divino, y no según el arbitrio humano (por eso el aborto, por mucho que sea legal en algunos países, es moralmente inaceptable y, por ende, un pecado que, además, podemos considerar como el más grave, pues atenta contra la Ley Universal, o el Quinto Mandamiento, para satisfacer intereses humanos. Igual que al hombre no le compete juzgar el Bien y el Mal, tampoco el hombre tiene potestad para quitar la vida a un ser humano; y, arrancar la vida de una criatura en el vientre de su madre es lo mismo que matarla, por ello supone violar esa Ley Universal, ese Mandamiento Divino. Por eso es pecado, aunque muchos no quieran enterarse. Por mucho que el hombre se construya un logos propio, este siempre estará por debajo del Logos Universal. Tan sólo en esa Ley Universal, en esos Mandamientos, está la Verdad que debe regir nuestra conducta humana.

¿Bajo qué bandera te posicionas?

Pero sigamos con Adán y Eva. Tenían una Ley clara establecida por Dios: No tocar ese árbol. La serpiente (que simboliza igualmente la tentación avariciosa del hombre) les hace comer de ese árbol prometiéndoles que serían "como dioses". Si nos paramos a observar la actitud vital de los corruptos, vemos que actúan con soberbia, como si realmente se creyeran impunes, como revestidos por cierto hálito de divinidad... en definitiva, el corrupto se ha erigido en su propio dios y por eso se cree con poder para hacer y deshacer a su antojo, incluso para llevarse el dinero que es de otros (o de todos, mejor dicho). Cuando Rato, Bárcenas, los de los ERE, los de Filesa, o los más recientes de "los papeles de Panamá" y Mario Conde... cuando esta gente roba no lo hace, precisamente, bajo una actitud de humildad. Al contrario, roban creyéndose que, por el cargo que ostentan, son más que nadie. De hecho, me los imagino robando y dándose golpes en plan "Lobo de Wall Street", como diciendo "que grandes somos". Los corruptos son personas que, al sentir la tentación de llevarse dinero público, de aceptar regalos o negocios turbios, y creyéndose impunes por su cargo, caen en el mal y roban. Pero, no obstante, seríamos ingenuos si creyéramos que esas acciones son algo propio y exclusivo de tal partido, o de tales personas. En realidad, cualquiera puede caer en la corrupción si no tiene una conducta moral irreprochable y un código ético plenamente asentado. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, enseñaba Jesús. Y, desde luego, no hay ahora mismo en la tierra nadie que pueda decir que es tan santo como Jesús de Nazaret o como la Virgen María. Nadie. De hecho, salvo ellos, no ha habido ningún otro ser humano que podamos decir que era totalmente perfecto.

Aunque hoy casi nadie habla de pecado, este sigue estando vigente. Al igual que sucede con el demonio, ese gran mentiroso, que sigue existiendo pese a que muchos (incluso católicos) no lo crean. El pecado es, ni más ni menos, alejarse de Dios o, si lo quieren mis lectores no creyentes, alejarse de la Ley Universal, esa que, si la cumplimos fielmente, garantiza nuestra integridad moral. Todos somos pecadores, por tanto cualquiera puede caer en la tentación de cometer un hecho inmoral, como por ejemplo robar. Rodrigo Rato no es un señor que estaba, tan ricamente, en su despacho y que tuvo "la mala suerte" de robar. No, nada de eso. En realidad, Rato es un ser humano, alguien imperfecto sin la Gracia de Dios, una persona que tuvo la tentación de robar y, al estar alejado de Dios y al no querer cumplir su Ley, la Ley Universal, cayó en ello y se apropió de lo que no era suyo. Pero no lo hizo por que sea peor persona que otros, sino que robó porque el demonio, a través de la tentación, le hizo creer que sería una especie de Dios, que tendría más dinero y poder, en definitiva, que no ocurriría nada si se llevaba ese dinero. Pero se pilla antes a un cojo que a un mentiroso. Por eso Rato, por más que fingiera ser alguien íntegro, terminó siendo cazado. Aunque la mona se vista de seda mona se queda. Se puede rebatir esto diciendo que tal vez hay corruptos a los que no pillan, o que se libran de la cárcel, o son encarcelados pero salen al poco tiempo. Sin embargo, creánme, aunque se enriquezcan terrenalmente tendrán su paga, y no precisamente buena, el día que bajen a la fosa y se presenten ante el Altísimo.

Explicación sobre lo que son las estructuras de pecado

En cualquier caso, hay un segundo aspecto del que me gustaría hablarles: Las estructuras de pecado. Seguiré siendo muy políticamente incorrecto, pero son mis costumbres reflexivas, por lo que debo respetarlas. Corruptos los hay tanto en partidos políticos como en la familia real... Pero cabría preguntarse ¿el problema quien es, la institución o el corrupto? Es la pescadilla que se muerde la cola ¿Fue primero la institución corrupta o primero fueron los corruptos? Podríamos decir que los políticos corruptos pertenecen, precisamente, a partidos políticos que podemos catalogar como estructuras de pecado. Cuando partidos como PP y PSOE han legislado durante décadas una serie de leyes inmorales (aborto, divorcio...) que han sido refrendadas por la Corona, no es raro que entre los miembros de esos partidos se den casos de corrupción ¿Cómo no va a haber corruptos en el PP cuando ese partido defiende leyes que atentan contra lo más sagrado: la vida humana? Esa pregunta vale para cualquier partido, tanto PSOE como Podemos, CIU, etc. Cuando unos políticos muestran tal desprecio hacia la vida humana, cuando son capaces de legislar para que se mate a una pobre criatura en el seno de su madre ¿Cómo van a sentir pudor a la hora de robar? Robar es malo, pero peor pecado es, sin duda alguna, quitarle la vida a otra persona, máxime cuando se trata de un bebé indefenso. Si una persona es capaz de apoyar y legislar leyes para asesinar bebés no debemos extrañarnos cuando esa misma persona después cae en la corrupción económica. Se trata de un político que primero fue corrupto moral, después fue corrupto económico. Precisamente el otro día reflexionaba sobre una cuestión que viene al caso. Hoy en día apenas se ven niños con Síndrome de Down, lo cual se debe a esas leyes inmorales y a la deformación que, desde diversos altavoces de la sociedad, se está ejerciendo sobre la conciencia de las personas. Entonces ¿Cómo no va a haber corruptos? ¡Lo raro es que no haya más! Se está produciendo un autentico genocidio contra un grupo de personas simplemente por que tienen problemas de salud. Pero, eso sí, luego hay un niño que se suicida por acoso escolar y todos con el rostro compungido, hay un caso de racismo y todos a poner mensajes de repulsa en Facebook. Sin embargo, poca gente mueve un dedo para defender la vida de los niños con Síndrome de Down, de los bebés en general ¿Cómo no va a haber corrupción en nuestra sociedad? ¿Cómo no va a haber ladrones de guante blanco que se llevan el dinero de todos los españoles. Los políticos, y con ellos una parte de la sociedad, se han creado un logos propio, un logos particular (como diría Heráclito) según el cual les da lo mismo asesinar bebés, romper familias y dejarlas en la calle desamparadas, no importa si hay pobreza e injusticias ¡Porque yo estoy muy bien con mi Iphone! Los políticos legislan incluso contraveniendo derechos fundamentales de la Constitución (tener trabajo y casa) ¿Cómo no van a ser corruptos? ¡Pero si en este país sale más barato robar, si eres poderoso claro está, que cometer un crimen! Se creen impunes, una especie de dioses que pueden hacer y deshacer a su antojo. Pero, reitero lo dicho anteriormente, recibirán su paga cuando se presenten ante el Altísimo. Dichosos los que lloran, porque serán consolados, pero ¡Hay de quienes rien mientras pisotean a los débiles porque llorarán pidiendo clemencia!

En cualquier caso, la corrupción no es algo exclusivo de la clase política, sino que se trata de un problema extendido por toda la sociedad. Salvo que se demuestre lo contrario, los políticos no son extraterrestres que han bajado de una nave espacial. Son personas que han nacido, crecido, estudiado y trabajado dentro de una sociedad concreta: la nuestra. Lucio Cornelio Sila, un dictador romano, solía decir algo como "soy un canalla, pero soy el canalla al que ha votado el pueblo de Roma". Somos nosotros, con nuestros votos, quienes provocamos que salgan elegidos los políticos que después nos escandalizarán con sus actos corruptos, es la gente normal de la calle la que está dando apoyo a esas estructuras de pecado. Pero hay algo sobre lo que casi nadie habla: la corrupción del ciudadano medio. De vez en cuando leo, en algunos foros de Internet, discusiones en las cuales los foreros hablan sobre cuestiones como "¿Qué haces si te encuentras una cartera en la calle?" En más de una ocasión he leído perlas como "Cogería el dinero y echaría la cartera al buzón". Es decir, hay personas que son capaces de afirmar que se quedarían con un dinero que no es suyo. Aunque se trate de poco dinero, eso también es corrupción. A pequeña escala, pero se trata de corrupción; Y, hay muchas formas de ser corrupto siendo tan solo un ciudadano medio. Por ejemplo, pagando en negro a los empleados, no cobrando con factura un trabajo realizado (carpintero o electricista, por ejemplo), contratar a un extranjero antes que a un español porque así le pagas un sueldo menor.... Ocurre que más de uno de los que braman contra la corrupción de los políticos después, en su día a día, cometen pequeñas formas de corrupción ¿De qué te sirve clamar contra la corrupción de tal o cual partido si después te quedas el dinero de una cartera que te encuentras por la calle? Si hay algo que no soporto es, precisamente, la hipocresía; y, desde luego, este tipo de personas me parecen muy hipócritas. Los políticos son hijos de la sociedad en la que han nacido. Si han crecido viendo corrupción a su alrededor no podemos después extrañarnos de que ellos también sean corruptos.

Actuar bien o actuar mal ¿Qué eliges?

Analizados estos puntos, y sin creerme más que nadie ni mejor que otros, me atrevo a plantear soluciones para luchar eficazmente contra la corrupción. Lo fundamental creo que debe ser trabajar a "la persona del espejo", es decir a esa persona que vemos en el espejo cuando nos lavamos la cara al levantarnos.Decía el adagio griego "Conócete a ti mismo", amigo lector, si me permites el tuteo, ¿Té conoces, realmente, a ti mismo? ¿Sabes cuales son tus virtudes y defectos? Dedica unos minutos al día a reflexionarn y busca esas cualidades que debes potenciar y los defectos que has de pulir. No señales con el dedo a "los corruptos". Mira si, realmente, estás actuando con integridad moral en tu vida diaria y, si es así, da ejemplo de ello con tu actitud corrigiendo, fraternalmente, a esas personas de tu entorno que estén actuando inmoralmente. No hay forma de amor más bella que corregir al que yerra y enseñar al que no sabe.
Por último, para finalizar, veo con preocupación que algunos defiendan que se quiten de las aulas asignaturas que considero fundamentales, especialmente filosofía o religión. Con respecto a esta última, habrá quien lo reclame en aras de una "laicidad" que no es sino mero laicismo hostil anticristiano. Lo que nadie puede negar es que los Diez Mandamientos son impecables a la hora de formar a una persona para que sea honrada, honesta e íntegra moralmente. Lo mismo sucede con la filosofía. A Sócrates lo mataron acusándolo de "corromper" a la juventud. En realidad, lo que hacía era formar a los jóvenes frente a la corrupción de los políticos. Por eso se lo quitaron de enmedio, como harían siglos después con un joven palestino que enseñaba "la Verdad os hará libres": Jesús de Nazaret. Quienes quieren quitar filosofía y religión de las escuelas son los mismos que han robado y/o pertenecen a estructuras de pecado, que curioso ¿No? como decía aquel Nazareno: la Verdad os hará libres, recordadlo.