jueves, 5 de diciembre de 2013

Jarhead: el infierno espera



 
Sigo con mis reflexiones sobre películas que estamos viendo en la asignatura de Cine Social, en el Máster. En esta ocasión toca "Jarhead, el infierno espera". Aunque hace unas semanas ya que la vimos, por haber estado ocupado no he podido publicar sobre ella hasta hoy. Dentro de unos días publicaré otro artículo sobre otra película que hemos visto.

La película que hoy nos ocupa tiene como protagonista a un soldado del ejército americano, destinado a la Guerra del Golfo a principios de los noventa. Son reclutas que, aunque en un principio se encuentran atemorizados y sin comprender del todo bien donde han llegado, irán forjando grandes amistades. Al mando de ellos se encuentra un coronel de carácter agresivo que dedica constantes improperios a los reclutas, insistiendo en la idea de que la cabeza del marine es un recipiente vacío, quitándole la dignidad que merece por ser un ser humano. Un mensaje que parece decir esta película es el de que las guerras se deben a nuestra visión corrupta de la realidad, se refleja en algunos personajes.

Es la historia de una guerra en tierra de nadie, pues no saben contra quien luchan, ni por qué, ya que no llega el momento de batalla, de hecho el conflicto del Golfo Pérsico queda en un segundo plano, no se explica bien ni como empieza ni cómo se desarrolla, algo que, desde el punto de vista de un historiador, considero un error, pues crea dificultad al espectador neófito. Un tema en el que se incide mucho es en la obediencia a los superiores. Hay una escena en la que el protagonista iba a matar, como francotirador a una persona, pero uno de los superiores no le deja pues los planes son otros. El se rebela pero acepta con resignación las ordenes. También refleja la incertidumbre que supone vivir en un lugar con francotiradores. Por eso me gusta, en ese sentido, la actuación del superior pues es una forma bastante cobarde de matar, las guerras de hoy son bastante cobardes pues no se lucha cuerpo a cuerpo.

El protagonista, Anthony Swofford es un chico de 20 años enviado al desierto de Arabia Saudita, para prepararse a combatir en Kuwait. En un principio se le ve desorientado, posiblemente con la incertidumbre sobre su destino. Narra su historia, plasmando sus reflexiones en las diferentes escenas. Creo que con él se toca el tema de la situación de muchos reclutas, que van a la guerra teniendo una imagen idílica de esta. De ahí la sensación de confusión que Anthony tiene a lo largo de la película.

Se nota que es una película estadounidense, especialmente por la escenografía del desembarque militar dando un carisma de héroes a los soldados. Forma parte de esa tendencia estadounidense que les hace verse como los salvadores del mundo desde la II Guerra Mundial, una guerra en la que por cierto solo entraron tras padecer el ataque japonés de Pearl Harbor. En el fondo es un reflejo de la realidad, pues vemos como a lo largo de los últimos años han pretendido solucionar la situación en países como Irak, Egipto, Afganistán o ahora en Siria. Sin embargo en muchos casos lo que han hecho ha sido complicar más la situación. En el caso de Egipto, por ejemplo, no se puede decir que vivan ahora mejor que con Mubarak, sobre todo los cristianos, igual pasa en Siria.

Se trata en la película también la vida de los soldados en sus ratos libres, incluso en el trato entre ellos. Pese a que han creado un ambiente agresivo, paradójicamente se va fraguando entre ellos amistad. Me parece positivo que los soldados se confían sus deseos y temores. Unos quieren quedarse en el ejército, otros largarse de la guerra. Además juegan a la pelota, hablan entre ellos. Es normal que los soldados creen ese ambiente de compañerismo, pues es vital para ellos el sentirse como parte incluso de una misma familia. En el fondo defienden los mismos intereses, tienen una misma misión y si quieren que esta salga adelante saben que deben defenderse mutuamente.

Un aspecto que me llama la atención sus ratos libres tienen como ocio, según Anthony: masturbarse, releer cartas de novias, debatir diferencias, sexo, constante obsesión con el sexo. Creo que aquí la película está tocando el tema de un bajo nivel cultural por parte de los soldados pues solo saben hablar de temas vulgares y, además, constantemente le están sembrando dudas sobre la fidelidad de su novia. Esto hace que él se sienta fuera de lugar, es una muestra de que no todos los soldados son así, pero que si él quiere integrarse tiene que amoldarse a lo que hay, aunque no sea como sus compañeros .

Otro tema es el de la transformación que algunos soldados pueden experimentar en una guerra. Por ejemplo Anthony sufre una transformación, convirtiéndose en un personaje cruel, desquiciado. Aunque es cierto que en algunos momentos llega a pedir perdón a un compañero con el que ha actuado mal. Pero es normal que un soldado pueda sufrir un cambio psicológico, llegando a perder la cabeza. Aunque esto me lleva a indicar que debería haber más cuidado en quien entra en un ejército, no todo el mundo vale para soldado.

Aparece el tema de la prensa y lo que llamo “versión oficial”. Se dice a los militares que deben mentir a la prensa. No tienen libertad de expresión por ser marines. Esto supone que la anulación de la personalidad de los soldados, al quitarle la libertad, algo que les resta dignidad. Ante ciertas preguntas reaccionan de manera diferente, uno de ellos responde con el silencio, postura mucho más digna que la de mentir.  Incluso se presenta a los periodistas un uniforme supuestamente de última generación que acaso sea mera propaganda. Una escena que, dicho de forma irónica, me gusta es cuando los periodistas se acercan a los soldados en algunas escenas intentando saber más y los oficiales se los llevan. Es una escena que me recuerda al hijo que ha hecho una picia, llega la madre y el niño se mueve para que la madre no descubra lo que ha hecho. Contrasta, también, la imagen falsa mostrada a los periodistas con la realidad, pues algunos de los soldados quieren irse a casa, aunque no pueden.

La película, considero es repetitiva, continuamente incide en los mismos tópicos y, en mi opinión, podría haber durado bastante menos, para lo que cuenta.  Aunque hay cierta denuncia política contra la guerra y la devastación que trae, me pareció llena de violencia gratuita, con palabras groseras y una fuerte obsesión con el sexo, especialmente con el conocido como “objetizador”, que convierte a la persona en un mero instrumento, un objeto carente de dignidad humana. Además es una película con palabras desagradables. Creo que, aunque posiblemente refleje la realidad de lo que es la guerra, la dureza y deshumanización que en ella se vive, hay otras mejores que tratan estos mismos temas, por ejemplo “Salvar al Soldado Ryan” o incluso Forrest Gump.

Algunos de los personajes parecen un calco de otras películas de guerra americanas: el hispano, el americano descerebrado, el problemático o el tímido). Faltaría uno que durante la película estuviera constantemente corriendo, como en la mencionada Forrest Gump, en mi opinión.  Incluso uno de los oficiales parece repetir frases de ella, como un calco del Teniente Dan Taylor en muchas de sus frases. Considero que está demasiado apegada a los aforismos militares. Por ello creo que, aunque el tema sea real no es para llevarlo al cine.

(ATENCIÓN SPOILERS)
Finaliza de un modo “positivo” si como tal tenemos la vida del mundo occidental ajena al horror de la guerra y el fundamentalismo. La reflexión final es que cuando un soldado vuelve a casa se da cuenta de que haga lo que haga en su vida siempre será un “cabeza bote”, palabra que utilizaron en el conflicto y todos los cabeza bote serán siempre como el protagonista, pues aún siguen en el desierto, en el conflicto militar que vivieron.  El horror de la guerra perdura en el soldado, aunque haya transcurrido mucho tiempo desde entonces. 

(FINALIZA SPOILERS)