martes, 12 de noviembre de 2013

Helder Cámara, el obispo de los pobres



Continuando con lo comentado en mi artículo sobre León XIII, vuelvo a escribir un artículo transcribiendo aquí algo que he preparado para el programa de radio Noticias Solidarias, que se emite en Radio María la madrugada de miércoles a jueves, de 12 a 1 de la madrugada. En esta ocasión me ha tocado preparar, como me pidió Alberto, profesor del Master en Periodismo Social que estoy haciendo, una presentación sobre la vida de Helder Cámara, un obispo del que conocía muy poco, apenas que había sido miembro de la llamada Teología de la Liberación (en realidad toda teología es liberadora) y un obispo del Brasil. Allá va con la transcripción, como en la otra ocasión pondré algún vídeo que pueda ayudar a conocer mejor a esta figura que, por lo que he visto, fue un gran comunicador. Era conocido como Dom Helder, un juego de palabras que hacía alusión tanto al tratamiento cortés de "Don" como al hecho de que era considerado por sus feligreses como un don de Dios.

"Buenas noches Alberto, hoy presentamos a Helder Cámara, quien fuera arzobispo emérito de Olinda y Recife. 

Nació en Fortaleza, Brasil, el 7 de febrero de 1909 y falleció en Recife el 27 de agosto de 1999. Fue un destacado defensor de los Derechos Humanos. Su defensa de la justicia social, así como su actitud de condena de las dictaduras latinoamericanas, lo convirtieron en símbolo de la llamada “Iglesia de los pobres”.

Se trata de una de las figuras más destacadas de la teología de la liberación, fue conocido como “el obispo rojo”. Ingresó en el Seminario en 1923 y se ordenó sacerdote en 1931. Fue director de planteamiento educativo y comenzó a integrarse en la vida política de su estado tomando, además, participación activa en el movimiento integralista hasta la década de 1940. En 1936 es trasladado a Rio de Janeiro, donde se preocupó por las condiciones de vida de los habitantes de las favelas. Para intentar resolver los problemas de estas creó la Cruzada Sao Sebastiao.
Estando en Rio de Janeiro, contribuyó de forma decisiva a fundar la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños, de la que fue su primer secretario, en colaboración estrecha con Monseñor Giovanni Montini, el futuro Papa Pablo VI, que por entonces era Secretario de Estado del Vaticano. Además entre 1946 y 1962 actuó como asistente nacional de la Acción Católica brasileña. En 1952 fue auxiliar del cardenal-arzobispo de la ciudad de San Sebastián, de Rio de Janeiro, y consagrado obispo auxiliar.

Impulsó la creación de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM). Fue miembro del Consejo Federal de Educación entre 1952 y 1964, participando en el Supremo Consejo de Inmigración y del Consejo director del CELAM. En 1959 creó el Banco de la Providencia para ayudar a los pobres y organizó la Feria de la Providencia, que se celebra anualmente para conseguir recursos destinados a mitigar la situación de las clases menos favorecidas.
Participó de forma activa en el Concilio Vaticano II, entre 1962 y 1964. Este le propició la ocasión de difundir sus ideas, instando a la Iglesia Católica a renunciar al lujo y al protocolo a favor de los pobres. Fue secretariado nacional de acción social de la CNBB y, desde 1964, asumió el arzobispado de Olinda y Recife, para el cuál siguió las pautas marcadas por el Papa Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio, de 1967.
Su actuación política y sus intervenciones en radio y televisión cuando ya era obispo de Recife, preconizando la reforma social, le hicieron ser acosado por el régimen militar. En 1968 fue ametrallada su residencia. Un año después murió asesinado uno de sus colaboradores más próximos. En 1970 el gobierno intensificó la campaña en su contra, acusándole de traidor y de hacer el juego al comunismo, además de impidiéndole el acceso a los medios de comunicación. Tras jubilarse en 1984 se publicaron algunas de sus alocuciones y sermones sobre cuestiones sociales con el título “Revolución en la paz”. Le nombraron Doctor Honoris Causa por más de una docena de universidades y propuesto en diversas ocasiones para el Premio Nobel de la Paz., además recibió numerosos premios nacionales e internacionales.

Fue la prueba viviente de que es posible una teología de la liberación manteniéndose fiel al Sucesor de Pedro y al Magisterio de la Iglesia, pues no consideró que que ayudar a los pobres fuera una patente de corso para saltarse la Ley de la Iglesia. Quería estar con los necesitados, pero dentro de la Iglesia. Destacó por ser un gran comunicador, por lo que hubiera sido el mejor portavoz de la Iglesia ante las cámaras, pues llenaba la pantalla con su presencia y su verbo tranquila. Tiene anécdotas impresionantes en su vida, como cuando fue a una comisaría a rescatar a un obrero al que habían detenido y que estaban torturándole, por creer que se trataba de un traficante de drogas. Helder se presentó en la Comisaria como hermano del detenido, lo cual motivó la inmediata puesta en libertad de este.
Dio una imagen bella y real de lo que es el cristianismo, con su rostro amable predicaba y, cuando abría la boca, de quien le escuchaba. Supo comprender lo que de verdad debiera haber sido la teología de la liberación, una vuelta a los pobres, pero desde el cristianismo, de la mano de la Iglesia, siguiendo a Cristo pobre y Crucificado. No desde ideologías meramente humanas. Junto con otros 39 obispos firmó el Pacto de las Catacumbas, el cual tenía líneas realmente impresionantes como: “procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida y medio de locomoción”. En este vídeo en italiano se explican algunas cosas sobre su vida:

Posiblemente el gran problema de la teología de la liberación ha sido que mayoritariamente se ha utilizado no como motivo de edificación, sino como medio de ataque hacia aquellos que, en teoría, eran sus hermanos. Pero no era eso lo que Helder Cámara quería, pues él era realmente auténtico y lo que en realidad deseaba era seguir a Cristo y que todos fueran partícipes de su Redención, especialmente los pobres. Era además un obispo muy mariano, tenía gran devoción por María Santísima, es emocionante escucharle en esta oración que hace a la Vírgen

Terminamos con una frase suya “Si le doy de comer a los pobres me dicen que soy un santo, pero si pregunto porque los pobres pasan hambre y están mal, me dicen que soy comunista” . Además de cómo “obispo rojo” también fue conocido como “obispo de los pobres”, “voz de los sin voz, abogado del Tercer Mundo”, “profeta de la Iglesia de los pobres” o “apóstol de la no violencia activa”. Juan Pablo II, cuando en 1980 llegó a Recife y descendió del avión le saludó diciéndole “Dom Helder, hermano de los pobres y hermano mío”, palabras que fueron acompañadas de un largo abrazo. Os dejo con esta oración a María, emociona escuchar como oraba, además es un reflejo de su personalidad y pensamiento.


Fuentes:

http://blogdelpadrefortea.blogspot.com.es/2012/01/helder-camara-i.html
http://www.buscabiografias.com/bios/biografia/verDetalle/4470/Helder%20Camara
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/camara.htm