miércoles, 27 de junio de 2012

San Francisco de Asís. Reflexión escrita en 2010

Mis estimados lectores, hoy voy a publicar un artículo sobre San Francisco de Asís que escribí en octubre de 2010 y que, teniendolo guardado, me he encontrado hoy. Espero que os guste.


Hoy cuatro de octubre de 2010 celebramos un año mas la fiesta de san Francisco de Asís, quizá uno de los santos que mejor comprendió el mensaje y la figura de Jesucristo.
Esto no es presunción, sino un hecho que podemos ver si leemos con atención sus escritos, especialmente el Cántico de las Criaturas que compuso él mismo y cantó antes de "tránsitar" a la Casa del Padre.
Amor a todas las Criaturas, pero especialmente amor a Dios. En un momento de su vida se sintió amado por Dios e interpelado a amarle especialmente en aquellos mas humildes y pequeñitos (especialmente los leprosos). Él, al contrario que Jesús, nació rico, pertenecía a una familia de Asís que podriamos considerar como adinerada pues su padre, Juan de Bernardone, era un comerciante de telas. Pero en un momento de su vida escuchó como el Señor le interpelaba: "¿hasta cuando seguirás amando al servidor, en vez de al Amo?" puesto que el jóven Francisco como tantos jóvenes de su época tenía sueños caballerescos, quería ser un guerrero y participar en las Cruzadas, por otra parte era bastante dado a la bulla callejera y participaba en las fiestas nocturnas de la ciudad. Por otra parte, despreciaba a los leprosos y posiblemente a los mendigos. Estaba sirviendo al servidor, a lo mundano, a lo temporal; San Ignacio podría haber dicho de él que estaba bajo la bandera del señor temporal (esto los que hayais hecho Ejercicios Espirituales lo comprendereis bastante bien).

Esa pregunta que le hizo el Señor le hizo replantearse muchas cosas. Pero hubo otro hecho fundamental en estos primeros tiempos. Un dia Francisco se encontraba en las ruinas de una ermita mirando a un crucifijo y escuchó a Dios diciendole "Francisco, repara mi Iglesia". Se sintió interpelado a reparar esa ermita, aunque en realidad no se trataba de que reparase una iglesia en concreto, sino de que reparase la Iglesia, con mayusculas. La ermita era san Damián.
A partir de aquí comenzó un recorrido de conversión que duró hasta su muerte, en 1226 donde hizo auntenticos prodigios además de fundar las tres ordenes franciscanas.
Pero yo quería reflexionar sobre los dos elementos que considero principales en san Francisco y que se pueden extrapolar a nuestros dias: el amor a Dios y el amor al prójimo.

Aunque suene a frase hecha de tantas veces que la hemos escuchado, que Dios nos ama es una realidad, algo que si prestamos atención es palpable. Su amor es eterno pues ya desde antes de crear el mundo pensaba en nosotros y nos estaba amando, como dice la Escritura: Él nos amó primero. Pero además nos amó hasta el extremo, llegando al punto de entregar a su propio Hijo para que lo crucificaran (aunque posteriormente lo resucitó). Pero el amor es algo que debe ser bilateral, no unilateral. Si tu amas a una persona y resulta que esa persona no te ama a tí, o pasa al revés, uno de los dos se siente dolido. Dios nos ama con todo su Ser (por tanto, infinitamente), por lo cual se puede decir que si alguien no le corresponde, no le ama, el dolor que Dios siente es infinito.
Esto san Francisco lo comprendió hasta tal punto que llegaba a llorar cuando pensaba en tantos hombres que si, acudían a la Iglesia y posiblemente cumplian con los preceptos de la Iglesia, pero que habían cerrado su corazón al Amor de Dios. Algo parecido a lo que ocurría en Israel con los fariseos, no os penseis que los fariseos eran personas malisimas que solo pensaban en hacer el mal; no, nada de eso, posiblemente eran buenos, cumplían toda la Ley, pero en su corazón no amaban a Dios.

Francisco comprendió que debía cambiar su orientación vital, debía de dejar de lado al servidor para amar al Amo puesto que no se puede amar a dos señores al mismo tiempo ya que se rechazará a uno en favor del otro. San Francisco se convirtió en un hombre de oración, en alguien que volcó toda su vida hacia Dios viendo con los ojos de Cristo, bendiciendo con las manos de Cristo, sintiendo los sufrimientos y alegrias de Cristo y llegando a experimentar en sus propias carnes las llagas de la Pasión de Cristo. Fue el primer estigmatizado. Si hoy celebramos a san Francisco, si hoy tantas personas (incluso no cristianas como Gandhi o personas que no son creyentes) admiran al Poverello es debido a que supo comprender el mensaje evangelico pasando del Evangelio a la Vida y de la Vida al Evangelio y sobre todo, debemos tenerlo muy presente, supo amar a Dios sobre todas las cosas haciendo de Jesucristo el centro y motor de su vida.

El segundo punto es el amor al prójimo, lo cual se puede ampliar al amor a todas las criaturas. Toda la persona de Jesús de Nazareth está volcada al amor a los hombres, amandoles de tal modo que entrega su propia vida por amor. No fue un fracaso, como aseguran algunos, sino que fue una entrega ya que como Dios podía haber eliminado a sus perseguidores solo con mover un dedo. Pero es Dios y es Misericordioso y quiso cargar con todos los pecados de los hombres para redimirnos con su sangre.
Esto san Francisco también lo comprendió muy bien (aunque hay quien piensa que era tonto, en realidad era muy inteligente, aunque también muy humilde). Se dió cuenta de que debía amar a las Criaturas, entregandose especialmente a los mas desfavorecidos, entre los que se encontraban aquellos que anteriormente despreciaba, los leprosos. Seguramente reflexionó mucho sobre aquel pasaje evangelico que dice: " lo que hicisteis con uno de estos mis pequeños, Conmigo lo hicisteis" y se replanteó muchas cosas. Comenzó a ver en el rostro de los leprosos, de los pobres el rostro de Jesús y empezó a amarlos. A partir de entonces se convirtió en un gran amigo suyo.
Pero san Francisco no veía como hermanos solo a los leprosos y los pobres. Aparte de fundar una primitiva pequeña comunidad de frailes (según se le iban acercando jóvenes interesados en su modelo de vida) supo amar a todos los hombres, a los cristianos pero también a todos los seres humanos sin distinción. Al respecto quería hacer una pequeña reflexión.

Hoy en dia se critica mucho a la Iglesia, especialmente a los sacerdotes. Constantemente se oyen voces discordantes incluso por parte de católicos. Esto a mí me entristece por un motivo, no sabemos ser humildes, creemos que solo lo nuestro es lo mejor y lo que los demás hacen está mal, aparte de que muchas veces caemos en el vicio de generalizar. En el tiempo que vivió san Francisco posiblemente la situación interna de la Iglesia era peor que ahora, había demasiada tensión entre los señores feudales y los miembros de la Iglesia, posiblemente había clérigos y frailes que no vivían en un espiritu auntenticamente evangelico y san Francisco ¿Qué hizo? ¿les críticaba sin mas como se hace hoy en dia? NO, hablaba con aquellos que lo estaban haciendo mal conminandoles a cambiar, oraba por ellos, no destruía sino construía. De ahí que Francisco reparó la Iglesia.
Luego está también un episodio que debo reconocer me encanta. Ocurrió durante su visita a Tierra Santa, cuando predicó el Evangelio al Sultán. No le convenció, pero debió de marcar profundamente al musulmán hasta el punto de que aseguró "si todos los cristianos fueran como Francisco, sería muy facil ser cristiano" (algo parecido a lo que dijo Ghandi: "si cada cien años hubiera un Francisco de Asís, la salvación de la humanidad estaba asegurada"). Esto a mi me hace reflexionar sobre cuantas veces criticamos al diferente, al que no es cristiano o incluso a aquel que siendo cristiano pertenece a otra confesión (anglicano, ortodoxo). San Francisco no críticaba al diferente sino que lo amaba, oraba por él y le predicaba la palabra de Jesús proponiendole el camino de salvación.

Y por último, está el amor a las Criaturas, es decir el amor a la Creación entera. San Francisco amaba al hermano sol, a la hermana luna, a la hermana alondra y al hermano agua. Veía en toda la naturaleza la obra creadora de Dios, todo le evocaba a Dios y lo amaba como tal. No era un ecologismo barato sino un verdadero amor a la Creación en cuanto a obra de Dios. No era tampoco un panteismo en plan "todas las cosas son Dios" sino que veía a Dios en todas las cosas porque veía su obra creadora.
Creo hermanos mios que es vital para nosotros comprender estas cosas e intentar que nuestra vida cristiana se asemeje a la de san Francisco de Asís (que, en definitiva, es asemejarse a Cristo). Puede que tu, amigo lector, seas jesuita, carmelita, o puede que seas ortodoxo, o agnóstico... pero el mensaje de san Francisco está destinado a toda la humanidad. Es un mensaje atemporal, sin fronteras y si cada uno de nosotros ponemos nuestro granito de arena podemos hacer de este mundo un lugar donde reinen la paz y el bien.