martes, 5 de junio de 2012

Jokin Ceberio, cuatro años después


Jokin Ceberio en el Alarde

Importante: Artículo revisado en 2016. En alguna web aparece el artículo original. Se trata de personas que se hicieron eco de mi artículo y también de mi primera colaboración en Infovaticana. Debo informar de que he decidido cambiar algunas cosas pues mi visión sobre el acoso escolar, tras haber investigado esta cuestión, ha cambiado ligeramente. Considero que se trata de un tema demasiado complicado como para enfocarlo desde una visión maniquea. Por ese motivo he decidido eliminar juicios que realicé cuando escribí este artículo por primera vez.  También he modificado ligeramente algunas frases, con el fin de hacerlo un poco mas legible.

El artículo lo escribí en 2008, cuatro años después del suicidio de Jokin Ceberio, un muchacho de Hondarribia que sufría acoso escolar y, ante la dureza de una situación que se vio incapaz de superar (no olvidemos que era un niño, se sintió demasiado solo y desamparado) decidió tirarse por una muralla de su pueblo.

Es largo pero merece la pena leerlo.


Hondarribia, madrugada del 21 de septiembre de 2004

Amanecía en Hondarribia en aquel último día de verano. A esas horas empezaban a despertarse los primeros trabajadores prestos a lo que iba a ser una nueva jornada de trabajo, parecía un día mas. Sin embargo, en aquella ocasión la rutina del bello pueblo guipuzcoano se vio rota por un dramático acontecimiento que causó un gran impacto social entre sus habitantes (mas de 10.000 personas acudirían, días después, a la manifestación en homenaje a Jokin Ceberio Laboa).

Llevaba ya tiempo meditando la decisión, tal vez unos dias, o quizá algunas semanas. Era consciente de lo que aquello significaba, sabía que podía causar dolor a los que le querían, pero él tenía su cuerpo magullado y el alma mortalmente herida por aquellos que lo odiaban.

La noche anterior le había dicho a su mejor amiga "mi reina, yo ya no pinto nada aquí" y puso en Internet el siguiente lema "libre, oh libre seré aunque paren mis pies".

Imagen que aparece en el Txoko de Jokin
Todo comenzó un año antes, en los primeros días de curso. El claustro de profesores del Instituto Talaia de Hondarribia había decidido que durante el horario lectivo los baños estuvieran cerrados con llave, puesto que durante el año anterior varios alumnos habían sido pillados fumando en ellos.

Jokin pidió permiso a la profesora para ir al baño, pues se encontraba con dolor de vientre y no podía esperar a ir a casa. Salió de la clase y se dirigió al primer cuarto de baño que vio, la puerta estaba cerrada. Fue a otro, después a otro. Su desesperación fue en aumento según iba viendo que todas las puertas estaban cerradas, pues barruntaba lo que iba a suceder. Lo intentó, pero no pudo conseguir que le dejasen las llaves de alguno de los servicios. La ley es la ley, le dijeron.

Ya era inminente y fue incapaz de evitarlo, tras notar un olor fétido se palpó los pantalones. Se había hecho de vientre encima. La diarrea le había vencido.

Lo peor llegó cuando le vieron los compañeros de clase. Comenzaron a reirse de él, haciendo alusión a su situación. Aquel día Jokin se fue llorando a casa, pero pensaba que al día siguiente todo volvería a la normalidad, creía en la bondad del ser humano y pensaba que todo quedaría olvidado.

Sin embargo, nada volvió a ser lo mismo. Varios de sus compañeros de clase (y de cuadrilla de amigos) comenzaron a burlarse de él a lo largo de aquel año, a darle las primeras collejas, insultarle y hacerle el vacío en los recreos.

Llegó el verano y Jokin se fue a unos campamentos. También fueron sus compañeros de cuadrilla. Un día fumaron porros (pongo la mano en el fuego convencido de que Jokin lo hizo obligado, recuerdo cuando a mi me chantajeaban diciendo que si no hacía tal cosa, mala por supuesto, me pegarían). El monitor les pilló y llevó a cabo su obligación: avisar a los padres. Envió varias cartas a los padres para informarles. Todos los crios, menos Jokin, interceptaron las misivas y las escondieron.

Unos días después, la madre de uno de esos chicos recriminó a la mamá de Jokin que su hijo "hubiera roto la armonía del grupo de amigos por no esconder la carta" (atención, esta es una de las claves de por qué existe el Bullying, la irresponsabilidad de los padres).

Jokin, durante todo el verano, había sufrido algún intento de agresión y constantes insultos cuando iba por la calle. En una fecha maldita desde lo ocurrido en Nueva York, el 11 de septiembre, finalizaron las fiestas patronales en Hondarribia, con el tradicional "Alarde" (Jokin formaba parte de una compañía musical, de hecho en su última foto aparece vestido con el traje tradicional tocando un instrumento musical).

En aquellos días, la situación se agravó. Sus compañeros de cuadrilla, con la colaboración de otros jóvenes, le sometieron a brutales palizas (en la foto, situada al principio de este artículo, se aprecian los moratones) además de reiteradas agresiones psicológicas que provocaron un daño terrible en un muchacho tan sensible como era Jokin.

La semana siguiente fue crucial en los acontecimientos. Durante el primer día de clase, el día 14 de septiembre, le sometieron a una brutal paliza consistente en collejones y bofetadas. Al día siguiente no se les ocurrió otra idea que coser a balonazos al pobre chaval (en esta criminal agresión participaron alumnos de todo el instituto). Desde el día de la exaltación de la Santa Cruz, Jokin había asumido, sin pretenderlo, el papel que Cristo tuvo durante el camino al Calvario. Yo creo que aquellos día Jesús sufrió con él y por los pecados de quienes conducirían a la muerte al muchacho

Pero posiblemente el día más humillante fue el 15 de septiembre. Ese día sus compañeros de clase decidieron conmemorar el aniversario de la "cagada" de Jokin. Como dice un articulista, y perdonad la expresión, hay que ser muy hijo de puta para hacer lo que aquellos chavales hicieron ese día. Solo se puede explicar si tenemos en cuenta la inconsciencia del ser humano, esa que está provocando tanto mal en el mundo.

No se les ocurrió otra cosa a aquellos jóvenes que llenar toda la clase de papel higiénico y, cuando Jokin entró al aula, le tiraron rollos de papel higiénico (como hacen los hinchas en el fútbol) ante la risa general de todos los alumnos. Pero el punto de la humillación llegó cuando la profesora obligó a Jokin a recoger todo el papel higiénico. Esto supuso una victoria para los acosadores y posiblemente influyó en la decisión que tomó el sobrino de Miguel Ángel Ceberio (director del diario El País por entonces).

Imaginaos la situación. Jokin muerto de vergüenza (y de miedo, por qué no decirlo) recogiendo el papel higiénico, llorando interiormente y posiblemente teniendo los primeros pensamientos sobre lo haría pocos días después.

Esto ocurrió un miércoles. El jueves y el viernes no volvió a clase. En casa tampoco estuvo. Probablemente se fue a recorrer con su bicicleta el bonito pueblo de Hondarribia y, quien sabe, a inspeccionar la muralla. Quizá buscó algún lugar donde no le pudieran encontrar cuando todo hubiera acabado. Ante todo quería evitar el sufrimiento a los suyos, por no fue hasta el crítico momento cuando explicó a sus padres qué era lo que le estaba ocurriendo, pues pensaba que de otra manera su familia iba a sufrir más.

Como es normal que ocurra, los profesores de Jokin llamaron a su casa para dar la noticia de que el chico no había aparecido por clase. Sus padres, preocupados, le preguntaron el motivo de la ausencia y él contó lo que le ocurría. Entonces le instaron a denunciar a sus agresores, algo a lo que respondió de una forma clara (y perdonadme que cite textualmente por la crudeza de las palabras): "¿Qué queréis, que me maten a hostias?".

Tanto los padres como el propio instituto le permitieron ausentarse de clase el lunes 20. Aquel día iban a hablar con la otra parte, con los agresores y sus padres.  Algo que me impacta de lo ocurrido en estos días previos es que llegaron a decirle: “el martes llévate el móvil, por si tienes problemas”. Yo me pregunto ¿no hubiera sido mejor la expulsión de los alumnos agresores? Cualquier cosa que no fuera tomar esta decisión era enviar a Jokin temblando como un corderito ante unos lobos que le esperaban lamiéndose las fauces.

Aquella tarde fue cuando Jokin tuvo la conversación con su amiga en la que le dio a entender lo que iba a ocurrir. Ahora, tanto tiempo despúes, me viene una pregunta a la mente, ¿por qué esta chica no llamó a nadie? ¿Por qué no avisó a nadie de lo que podría ocurrir? Seguramente no creía que Jokin Ceberio fuera capaz de llevar a cabo sus planes. Aunque a primera vista un acto de este tipo puede resultar propio de cobardes, hay que reconocer que también se necesitan tener un par de bemoles para llevarlo a cabo.

Jokin de pequeño. Pintado por "Erik".
  
Libre, oh libre seré cuando paren mis pies. Eso escribió Jokin aquella noche. Probablemente no durmió, seguramente estuvo meditando sobre su decisión, consciente del gran disgusto que iba a causar a sus seres queridos. Pero había sufrido demasiado, él tan sólo era un niño ¿Qué había hecho para merecer tanto sufrimiento? ¿Por qué sus, antaño, amigos eran ahora tan crueles con él?

Llegó la hora. Eran las 6 de la mañana. Salió de su habitación con gran disimulo, en completo silencio, y fue al lugar donde guardaba la bicicleta. Salió de su casa y, tras subirse a la bicicleta, recorrió las calles hasta llegar a la gran muralla. Miro hacia arriba y después se dirigió a la zona más alta de aquel muro. Empezó a correr... y saltó.

Libre, oh libre seré cuando paren mis pies. Había dejado escrito este mensaje pocas horas antes en su messenguer. Quizá nadie supo captarlo, es posible que nadie le viera capaz de suicidarse (quizá nadie se dio cuenta de sus verdaderas intenciones). Puede ser que quienes sabían de su sufrimiento creyeran que iba a buscar ayuda. Era un chico muy inteligente, sabría como actuar en esa situación, buscaría ayuda, debieron pensar muchos.

Pero Jokin había aguantado mucho. Nadie en su instituto supo (o quiso) ayudarlo. Los profesores (como se supo en el juicio) hicieron la vista gorda ante las constantes agresiones, le humillaron públicamente (como aquella que le obligó a recoger el papel higiénico), sus compañeros de clase o se metían con él o no se atrevían a defenderlo (recuerdo un post en un foro que alguien decía ser amigo suyo, se justificaba diciendo que trataron de ayudarlo. Sin embargo, se sabe por declaraciones de testigos que era mentira). En estas ocasiones es cuando se nota quien de verdad es tu amigo, y a Jokin le habían fallado todos aquellos que él consideraba como sus amigos. Unos por que le agredían, los otros por cobardes ¿os acordáis de la película que comenté hace unos años? La podéis leer en este artículo sobre la película "Cobardes")

Es cierto que podía haber recurrido antes a su familia, pero el miedo a las represalias le paralizaba. Por otra parte, lo que más temía era hacer daño a su familia, lo digo por experiencia propia. Yo nunca les dije nada a mis padres cuando sufrí bullying, sabía que si se lo decía iban a sufrir y quería ahorrarles ese sufrimiento.

Se dice que los suicidas no van al cielo por que, en cierto modo, renuncian a sentirse amados por Dios y no confían en Él. Pero yo estoy convencido de que este no es el caso de Jokin. De hecho, desde la reforma del Código Canónico de 1983, la propia Iglesia Católica defiende que el suicida queda en manos de la Misericordia de Dios y por ello se reza por su alma.

Jokin Ceberio era solo un niño, tenía tan solo catorce años. Desde pequeño había estado acostumbrado a los mimos de sus padres, de su hermano y del resto de la familia. Era un chico sensible, con un gran corazón. Buen amigo de sus amigos y cariñoso. También muy buen estudiante.
Por experiencia propia puedo asegurar que, cuando estas acostumbrado a recibir cariño y de pronto te encuentras con el maltrato psicológico y físico sufres, sin duda, uno de los traumas mas grandes que pueda vivir una persona. Se produce una ruptura emocional de grandes proporciones que puede resultar muy dificil de arreglar. Máxime cuando hablamos de un niño.

Este joven siempre me ha recordado a Jokin

Sí, yo confío en la infinita Misericordia de nuestro Señor Jesucristo. Creo que Él bajó hasta la muralla de Hondarribia, recogió el alma del pequeño y se la llevó al Cielo. Estoy seguro de que hasta Él, Omnipotente y Grandioso, se conmovió con el fatal desenlace de la vida de Jokin. De su pequeño Jokin Ceberio, aquel en quien había pensado desde la Eternidad y cuya vida se había visto sesgada de aquella trágica manera.

Cuentan que Juan María de Vianney, el Santo Cura de Ars, iba caminando en cierta ocasión con una dama a la que orientaba espiritualmente. Vieron entonces a una persona tirarse desde un puente y la mujer exclamó "¡Qué pena! ¿Qué destino tendrá su alma?" y el sacerdote respondió "Ahora queda en manos de Dios que, desde el momento en que se ha lanzado, hasta que ha fallecido ha podido salvarle de infinitas maneras". Si, definitivamente creo que Dios llevó a Jokin a la Gloria Eterna tras su fallecimiento. Igual que hizo con mi añorado amigo Álvaro, que en mayo de dos años después también decidió marcharse para siempre.

Aquella triste jornada transcurrió con unos padres que buscaban desesperadamente a su hijo. A las 19 horas alguien les llamó diciendo que habían encontrado su cadáver a los pies de la muralla. Posteriormente la autopsia dictaminó que el fallecimiento se había producido a las 7 de la madrugada, probablemente poco después de que Jokin saltara por la muralla.

Lo demás ya lo sabemos. Poco después todos los informativos abrieron con la noticia de que un chico se había suicidado victima del acoso escolar. Dias mas tarde una multitudinaria manifestación recorrió las calles de Hondarribia (unas 10.000 personas en un pueblo de 15.000 habitantes).

El estupor creció cuando salió a la luz publica que Jokin Ceberio era sobrino del por entonces director del diario “El País”, Miguel Ángel Ceberio.

Pero la persecución a Jokin no terminó ahí. Una tradición vasca que me gusta bastante es la de los Dantzaris, bailarines que danzan en honor a alguien, por ejemplo los novios recién casados. Bueno, pues la chica que danzó ante el cuerpo, aún caliente, de Jokin fue amenazada de muerte días después. Al igual que otros alumnos del instituto que, ahora si, abandonaban la cobardía y denunciaban lo ocurrido. Pero ya un año antes una compañera de clase del muchacho había sido amenazada tras presenciar como los acosadores le daban una brutal paliza a Jokin. Paliza en la que le rompieron el aparato de dientes: "Se lo rompieron de una paliza, (desveló), yo estaba allí cuando le dieron la paliza, pero me dijeron que si decía algo irían a por mí". Esto mismo debió ocurrir sin duda con otros compañeros de Jokin que no estaban de acuerdo con la situación de acoso escolar a la que le estaban sometiendo. Y esto explicaría su silencio e inacción. En cierto modo lógica, pero no por ello menos cobarde. De hecho, a los pocos días del fatal desenlace, un grupo de siete chicas dejaron el siguiente mensaje a los pies de la muralla de Hondarribia, justo en el lugar donde Jokin entregó su vida: "Si alguien hubiera tenido el valor suficiente como para confesar todo lo que sabía quizás no hubiera sucedido nada de esto. Sabemos que tú tampoco querías marchar, pero no había otra solución; lo sabemos, te has marchado. No volveremos a contemplar tu mirada, tu sonrisa".

Ahora, un detalle preocupante es que 3 de los 8 chicos que acosaron y maltrataron a Jokin hasta la muerte son hijos de profesores de ese mismo instituto. ¿Qué clase de educación puede dar a unos niños alguien que no es capaz de educar a sus propios hijos? Además, era sabido en todo el instituto lo que estaba padeciendo Jokin ¿por qué aquellos padres-profesores no hicieron nada? Seguramente por que ¿Cómo iban a admitir que sus propios hijo eran “una banda de mafiosos”? (como admitió un profesor del instituto) En fin, que Dios les perdone por la venda que se pusieron durante aquel año en los ojos, por que yo no me creo que no supieran nada, perdonadme la dureza con que me expreso, pero noto aún rabia al pensar en lo que ocurrió por entonces, y eso que no llegué a conocer a Jokin,
(nota de 2012, he visitado hace poco Hondarribia, he paseado por aquellas calles, incluso pasé por la calle donde había vivido este niño y me imaginaba estos detalles... visité la muralla. Escribí un artículo sobre esta visita. Es más, se sabe que practicamente todo el Instituto Talaia era conocedor de lo que le estaba ocurriendo a Jokin, incluidos los profesores.

(Nota de 2016: Según me aseguró, hace algunos años, una fuente, el acoso escolar vivido por Jokin duró en realidad mas tiempo del que creemos. Esta persona me aseguró que duró entre año y medio y dos años. Por otra parte, a la hora de leer este artículo, conviene leer tanbién las reseñas que hago en mi TFM sobre acoso escolar del libro escrito por Iñaki Piñuel: Los padres (en general) tienen responsabilidad en el acoso escolar, pero no son los únicos responsables. Incluso los propios acosadores son, en cierto modo, también víctimas (me remito al estudio de Iñaki Piñuel). Por ello he decidido modificar este artículo. En el pasado, a la hora de hablar de los acosadores, juzgué a personas, no sus hechos. Por lo que otra fuente me aseguró, años después de lo ocurrido, al menos alguno de los acosadores estaba arrepentido de lo que le había hecho a Jokin. No obstante, no pretendo quitar la responsabilidad que éstos acosadores tuvieron con su comportamiento para con Jokin, como bien explica Iñaki Piñuel).

Como dijo un periodista de La Vanguardia: ¿Cómo iba a ir (Jokin) a clase el martes con un móvil y pidiendo perdón por ser inocente? (Revisión del artículo original) No, el Instituto debía haber tomado otras medidas. Aún a día de hoy, en la mayor parte de los casos, son los niños acosados quienes se ven obligados a cambiar de centros. Considero que ésta es una decisión equivocada. Hay que castigar al agresor, no a la víctima. Quienes deberían abandonar el centro educativo son los acosadores. Es triste comprobar como en muchas ocasiones los centros educativos prefieren que se vaya un alumno (el acosado) a que varios alumnos deban abandonar el colegio/instituto. Parece que tan sólo les mueve el dinero y no se dan cuenta de que la vida humana está por encima de cualquier valor económico. (Revisión de 2017: Y esto sin duda es peor cuando ocurren casos como el de los Maristas de León donde, al parecer, ha habido un caso de acoso escolar que el centro educativo pudo, presuntamente, ocultar. Ya de por si me parece vergonzoso, como católico, que un colegio presumiblemente cristiano permita el acoso escolar. Pero lo que me parece demencial es un colegio/instituto, sea religioso o no, oculte el acoso escolar ocurrido en sus aulas para "proteger el buen nombre de la Institución". Como ocurrió hace algunos años con el colegio Amor de Dios de Alcorcón, que fue condenado a pagar una indemnización a los padres de un niño acosado. Pues, sinceramente, si se demuestra que en los Maristas de León ha ocurrido lo mismo que en el Amor de Dios de Alcorcón y les quitan el concierto a los Maristas... no me dará ninguna pena. Pero esque, además, se lo tendrán bien merecido. Ya está bien de silencio cómplice).

Ahora llega el momento de la reflexión:

Una de las cosas que mas rabia me ha dado siempre ha sido la típica frase de: “pero si esto del bullying ha existido siempre, son cosas de niños”. Este tipo de tópicos me cabrean y enervan. Como he dicho antes, yo sufrí acoso escolar, sé lo que algo así significa y, desde luego, quien diga que se trata de un "juego de niños" me parece un completo ignorante.
"Juego de niños" puede ser que varios crios estén dándole al balón tratando de meter un gol o jugando con las canicas. Pero, desde luego, lo que no es ningún juego de niños es que un grupo de chicos llamen "subnormal" a otro por padecer sordera o cagón por “haberse hecho caquita”. No, no es ningún juego de niños que se metan contigo por estar gordo o que por ser tartamudo te llamen tonto. Tampoco es un juego de niños que nadie quiera jugar contigo porque si no les van a acusar de “enchufados”. (Nota de 2016, del mismo modo tampoco son un juego de niños los recientes casos de alumnos hospitalizados tras recibir palizas por parte de sus acosadores, como los de Mallorca y Sevilla). Además, una cosa es que unos niños en un momento dado se peguen, en igualdad de condiciones (lo cual me parece también mal, pero al menos las fuerzas están igualadas) y otra completamente diferente es que un grupo de cinco, seis, ocho alumnos (o simplemente dos o tres alumnos, me da igual) atosiguen, insulten, agredan, roben, extorsionen, amenacen, injurien... día sí, día también, en clase y, actualmente, a través de las redes sociales, a un niño bajo cualquier excusa estúpida y sabiendo que éste no va a poder defenderse al estar en completa inferioridad y no contar con ningún apoyo moral y físico.

Que nadie me venga con hipocresías, por favor. Un año después de la muerte de Jokin se suicidó en Alicante una joven de 16 años que también padecía acoso escolar. ¿Estas muertes son fruto de un “juego de niños”? por favor, a ver si entre todos logramos que esta frase (y estos actos delictivos) desaparezcan de nuestra sociedad (nota de 2012, en estos años han muerto otros chicos por causa directa del acoso escolar o debido a las consecuencias que éste les había dejado, una de ellas Albi, una muchacha valenciana con quien llegué a hablar por Messenger intentando ayudarla. Por otra parte hay chicos que conozco tuvieron tentaciones de suicidio, de hecho llegaron a intentarlo, hay que orar por ellos) (nota de 2016, en los últimos cuatro años ha habido otros niños que se han suicidado por acoso escolar, como Diego o Carla).

No obstante, parece que, desde lo ocurrido con Jokin la sociedad ha avanzado en este aspecto. Hoy hay tolerancia cero con el bullying, se persigue al agresor, se le denuncia y el espíritu de Jokin está muy vivo en los chavales que sufren lo que él vivió. Está tan vivo que los ayuda para mantenerse con vida e incluso a la hora de denunciar. Ésto lo sé precisamente por lo que algún superviviente de acoso escolar me ha contado.

Pero, no obstante, aún falta mucho para lograr que todo cambie. El problema no está solo en los niños. El problema está en la sociedad, y mientras en este país se siga discriminando por raza, lengua, nacionalidad, religión, genero u otros motivos, seguirá habiendo "Jokins" muertos de miedo en las aulas. Porque los niños son como esponjas, copian el comportamiento de sus mayores.

Casco histórico de Hondarribia
(Nota de 2016. Todo esto que digo está muy bien explicado, por otra parte, en mi reseñado TFM sobre acoso escolar. El cual también incluye algunas iniciativas que se están realizando con cierto éxito contra el acoso escolar, como el programa de tutoría entre iguales).

Por cierto, se suele decir que el perfil del acosado suele ser el de un chico tímido, reservado y que saca malas notas. Sin embargo, Jokin, además de ser muy inteligente, era extrovertido, alegre y tenía un buen expediente académico. Además, hasta que comenzó a padecer acoso escolar había tenido muchos amigos e, incluso, había llegado a ser muy popular. Por ello debemos tener claro que cualquiera puede padecer bullying, no solo los “marginados” de la sociedad.



En fin, creo que poco más se puede comentar. Desde aquí quiero mandar mí mas fuerte abrazo a la familia de Jokin y mostrarles mi más sincero cariño, respeto y compresión. Conozco el sufrimiento que su niño padeció y la verdad es que me siento muy identificado con él cuando veo los paralelismos existentes entre el acoso escolar que sufrí y el que Jokin padeció.

También quiero mandar un mensaje de esperanza pues, como he dicho antes, estoy convencido de que "el Xebe" (como le llamabais cariñosamente) está en el Cielo. Probablemente os hayáis podido preguntar ¿Dónde estaba Dios cuando le agredían?, y es una pregunta lógica y justa. La respuesta es sencilla: Dios estaba junto a Jokin, sufriendo con él, consolándole y acogiéndole con Amor y Misericordia en su Reino celestial.

Es algo difícil de comprender, pero Dios nos dio libertad para elegir entre el bien y el mal. Quienes condujeron al precipicio a Jokin eligieron el mal. Y, quizá, lo eligieron porque no conocían el bien. Pues el mal, como dice Santo Tomás de Aquino, es la ausencia de un bien debido (Revisión de 2016). Somos libres, pero estamos hechos para el bien. Si rechazamos ese bien, actuamos en ausencia de éste. Luego, actuamos bajo el poder del mal.
Pero Dios, en su Infinita Misericordia, está siempre al lado de los débiles. Es un gran misterio, si, pero estad seguros de que Jesús sufrió con él cuando le daban balonazos (recordando aquellos latigazos que le dieron los soldados romanos), cuando le humillaron haciéndole recoger el papel higiénico (reviviendo aquellos momentos en que el Sanedrín se burlaba de su condición de Hijo de Dios en el Calvario), cuando los profesores ignoraron por completo el acoso escolar del cual eran conocedores (recordando Jesús la cobardía de Poncio Pilatos cuando se lavó las manos)…

Sí, estoy convencido de que Jokin ha alcanzado esa libertad que buscaba. Y ahora cuida de vosotros desde allá arriba, al igual que de todos los chavales que sufren (y por desgracia sufrirán) bullying.

Y ahora dedicaré unas palabras a Jokin.

Recuerdo aquel día de septiembre de 2004 como si fuera ayer. Puse la televisión para poner las noticias y de pronto dije: “JODER” (perdona que lo escriba así, pero es como reaccioné) “se ha suicidado un chaval por lo mismo que sufrí yo”. Empecé a escuchar tu historia al mismo tiempo que recordaba la mía.

Como ya sabes, yo padecí Bullying. Mi delito no era otro que el de ser el hijo del director del colegio y encima tener problemas de audición (llevo aparatos de oídos). En cuarto de EGB empezaron a llamarme subnormal, retrasado, a pegarme collejas, tirarme tizas, hacerme daño pegándome patadas cuando jugábamos al fútbol, escribir insultos hacia mi en las paredes del baño… y posteriormente el vacío. Me quedé totalmente solo, sin amigos.
Tuve la gran suerte de que una buena chica, mi querida e inolvidable Paloma (mi Blanca Paloma) acudió a mi rescate y empecé a ir con su grupo de amigos. Ellos me salvaron la vida, al igual que mis amigos de Santoyo, mi pueblo, siempre que iba allí volvía pensando "he venido con el alma destrozada y vuelvo a Madrid con el alma arreglada". Yo tuve tentaciones de suicidio pues llegué a planear subir a la azotea del colegio, empezar a correr hacia la otra punta de la azotea y... volar. Gracias a Dios no lo hice, no solo tenía una familia maravillosa sino también unos grandes amigos que siempre estuvieron a mi lado.

Mi acoso escolar duró hasta segundo de BUP, cuando tenía 16 años. Recuerdo que un día reaccioné con enorme violencia hacia uno de mis acosadores tras una de sus enésimas collejas y en cierto modo me empecé a ganar el respeto de la gente. No obstante, hasta COU, con 18 años, siguieron con alguna broma como por ejemplo decir que yo era homosexual y le gustaba a otro chico. Todo injurias.

Creo, querido Jokin, que en el fondo aunque nosotros seamos quienes sufrimos el bullying, también son victimas son quienes lo provocan. No son más que hijos de sus padres y de la propia sociedad, en el más literal de los sentidos (Nota de 2016, esto y las líneas siguientes las escribí años antes de conocer el mencionado informe de Piñuel, curiosa coincidencia digna de destacar)...

Son chavales que no han recibido ninguna educación, acostumbrados a hacer lo que les da la gana en casa y eso lo llevan también al colegio. Pobres niñatos consentidos que se creen mas gallitos que nadie por X (poned cualquier motivo pueril, como por ejemplo ser morenos y que un chico sea pelirrojo) y por eso se ceban con el indefenso. Son victimas también de una sociedad que promueve la violencia y el odio hacia los demás, una sociedad que fomenta la discriminación. En el fondo son victimas de una sociedad enferma que no es capaz de tolerar al diferente.

Evidentemente no pretendo exculpar a quienes provocan el bullying, sino poner los puntos sobre las ies. Espero que la sociedad se siga concienciando de que lo que nos ocurrió a nosotros, y sigue ocurriendo hoy a otros muchos niños, pues el acoso escolar no es ningún juego. Espero que cada vez haya más "tolerancia cero" contra ese tipo de actos criminales.
A la gente se le llena mucho la boca diciendo que ésta es una sociedad avanzada. Pero una sociedad en la que hay gente que vive con el miedo a que alguien le agreda (sea una mujer o un niño las victimas) no es una sociedad avanzada, sino cavernícola. O incluso mucho peor que cavernícolas, pues quienes vivían en las cavernas eran seres humanos. Más bien, quienes permiten esto son equiparables a homínidos como los australopithecus afarensis, seres sin ningún tipo de raciocinio e, incluso, sin humanidad.

Jokin, yo creo que he captado el mensaje que quisiste darnos aquel día. No solo caminaste hacia la libertad sino que diste una llamada de alarma para concienciar a la sociedad dando un puñetazo sobre la mesa. Tu acto supuso un fuerte aldabonazo en el inconsciente colectivo de una sociedad que hasta entonces había ignorado la cruda realidad del acoso escolar. Recuerdo que Cristo dijo “no hay mayor amor que dar la vida por los amigos”. De forma involuntaria, tú diste la vida por tus amigos, por quienes, como tú, como yo, como tantos... padecen violencia escolar. Es probable que con tu muerte se hayan evitado muchos maltratos y la sociedad se haya empezado a concienciar de todo esto (Nota de 2016, lo cual es en gran parte cierto. Aunque aún hay demasiado conformismo con este tema, se han empezado a hacer cosas para combatirlo, incluso hace poco se puso en marcha un teléfono de ayuda a las víctimas de acoso escolar: 900 018 018. Este número es gratuito y tiene un funcionamiento parecido al teléfono de ayuda a las víctimas de violencia de género. En cualquier caso, aún queda mucho por hacer).

Yo te prometo una cosa Jokin. Como sabes, el lunes empiezo mi carrera hacia el sacerdocio, pues entro al seminario. Si Dios quiere seré cura (nota de 2012, entré al Seminario en septiembre de 2008 y salí en marzo de 2009 viendo que el sacerdocio no era mi vocación. Dejo esto tal cual, como testimonio).

Ofrenda floral con el cartel "Nik, J" en apoyo a Jokin

Bueno, pues te prometo Jokin que, ya como seminarista, pero sobre todo desde mi posición de sacerdote (y quien sabe si no también desde otros ámbitos como pueda ser la propia enseñanza y los medios de comunicación) lucharé porque el bullying desaparezca de nuestra sociedad. Creo que tú me lo pides y yo lucharé por llevar a cabo ese objetivo.

(Nota de 2016. En 2014 profesé como franciscano seglar y le prometí a Jokin seguir luchando por combatir el acoso escolar. En la actualidad he llegado a la conclusión de que como escritor, comunicador y pensador puedo aportar mucho en este sentido. Por otra parte, estoy muy volcado en el tema formativo, especialmente en cuanto a crecimiento, mejora y superación personal. Aspiro a dejar una huella en el mundo y a aportar valor y ayudar a los demás. Desde esta posición renuevo, del mismo modo, mi promesa a Jokin Ceberio que seguiré luchando tanto por concienciar sobre las consecuencias de esta lacra también conocida como bullying e, igualmente, por influir positivamente en las personas para que opten por valores y principios y con ello poder hacer frente al mal en todas sus facetas. Y, especialmente, influir positivamente en las personas para concienciar sobre la importancia de proteger a nuestros menores, no debemos olvidar que son el futuro de nuestra sociedad).

Descansa en paz pequeño y querido Jokin, y desde allá arriba cuida de tu familia y de aquellos que con nuestro recuerdo hacemos que sigas viviendo. Por qué nadie muere mientras haya alguien que le recuerda. Además, como cristiano que soy, estoy convencido de que existe la vida mas allá de ésta y, en mas de una ocasión, he sentido tu presencia viva junto a mi, incluso alentándome en el peor periodo de mi vida: la depresión que padecí hace ya algunos años.

Revisión de 2017:  

El 20 de mayo publiqué en mi videoblog un vídeo sobre el acoso escolar, Podéis verlo aquí.





Epílogo: 

"Jokin plasmó en su ordenador y tecleó lo que sentía y ansiaba en ese momento. Nadie dijo que eran sus palabras. A mí personalmente no me impactan las palabras, me impactó que una criatura de solo 14 años, pudiese sentir así…" (Extracto de una carta enviada como contestación a alguien que criticó a Jokin)

San Juan de Àvila, patrón de los sacerdotes diocesanos

Este artículo lo escribí en un momento de discernimiento vocacional, pues en 2007 había sentido la llamada al sacerdocio que me llevó por un tiempo al Seminario Diocesano de Getafe.

Hoy, sábado 10 de mayo los sacerdotes diocesanos españoles celebran el día de su santo patrón, san Juan de Avila, quizá uno de los santos mas impresionantes que ha habido en nuestro país.
Podéis consultar aquí su biografía si queréis saber algo mas sobre él, aquí me gustaría hacer algunas reflexiones sobre el sacerdocio.
Hoy comentaba en el seminario don Antonio Die (mi director espiritual) que hacen falta sacerdotes santos, y es totalmente cierto, pues aunque todos estamos llamados a la santidad, son los curas quienes están mas gravemente obligados a dar un ejemplo de vida y obras santas que lleven a los cristianos a imitarles y llegar a ser santos.

Esto es verdad, puesto que en las acciones de un sacerdote está el destino de las almas de muchas personas, ya que un cura no solo celebra misa, si no que también confiesa, aconseja y guia, catequiza, consuela a enfermos, ayuda a los pobres y otras muchas tareas relacionadas con el trato hacia los demás, y de como lleve a cabo su labor depende el que los cristianos podamos alcanzar la santidad.
Es cierto que hay sacerdotes que probablemente no lleguen a la santidad, por sus malas obras, distorsionar el mensaje de Jesucristo o cualquier otro aspecto. Estos pastores, al desarrollar mal su labor bien porque cometan abusos litúrgicos durante la misa, tengan un carácter huraño y no atiendan como Dios manda a los feligreses, o se dejen llevar por el maligno para hacer daño a los mas débiles, provocan el escándalo en el pueblo, y con ello hacen que la gente, especialmente si no está bien formada, se aleje primero de su parroquia y después de la Iglesia en general.

Es por ello por lo que la Iglesia ha buscado siempre sacerdotes santos , unos pastores que lleven a su grey con amor, que les transmita el Evangelio y les forme en el cristianismo y la doctrina católica, que tengan una vida coherente con el cargo que desempeñan (pues un sacerdote debe ser el alter ego de Cristo en la tierra), que estén al lado de los mas pobres entre los pobres y ayude a los enfermos.
Por otra parte, está claro que esto es muy difícil, pues no dejan de ser hombres como nosotros, por tanto suceptibles de caer en errores. Sin embargo da la impresión de que a un sacerdote es mas difícil que la sociedad perdone sus fallos que a un laico, y es algo realmente curioso en una sociedad que cada vez se ha apartado mas de la Iglesia e incluso de Dios. Esto yo lo veo como un dato de que pese a todo, aún queda en la gente (me refiero sobre todo a España), aún no siendo creyentes, rescoldos de catolicismo y quizá son estos los que hacen saltar a las personas ante un fallo realizado por un sacerdote, como ha ocurrido en los desgraciados casos de pederastia en Estados Unidos (nota, esto se escribió antes de la polémica surgida  durante el Año Sacerdotal a raiz de las denuncias de pederastia hacia sacerdotes y que tanto hizo sufrir al Santo Padre).

Es cierto que, de por sí, es muy penoso que una persona consagrada o no, pueda hacer daño a un niño de esa forma, pero el agravante crece en el momento que quien comete una acción nefasta contra un crío es alguien que se ha consagrado a Dios. Probablemente, no haya habido tantos casos como se han dicho, pero sí es una situación por desgracia real y que se debe erradicar, de hecho tanto Juan Pablo II (el escándalo surgió tras una investigación mandada realizar por él) como Benedicto XVI están trabajando para ello.
Es precisamente por ello por lo que se necesitan esos sacerdotes santos capaces de devolver al ser humano la confianza en la Iglesia, para que con la ayuda de esta y su sabiduría puedan conocer mejor a Cristo y lograr esa Resurrección gloriosa que Él nos prometió.

Yo, como bien sabéis, estoy apunto de entrar al seminario, en muchos momentos he tenido dudas no sobre la vocación, si no, sobre si seré capaz de ser un digno sacerdote de nuestro Señor, pues bien sé la responsabilidad que conlleva tanto la decisión de responder positivamente a la llamada de Jesús al sacerdocio, como la posterior labor sacerdotal.
Sin embargo, pese a que yo soy pecador y en muchas ocasiones cometo errores que pueden llegar a herir a otras personas, tengo confianza en Dios, puesto que Él no elige a los capaces, si no que capacita a los elegidos, y soy consciente de que debo tener paciencia en ese aspecto, pues desde el momento que entre al seminario me irá transformando tanto interior como externamente para hacer de mí el sacerdote que quiera que yo sea, para que a partir de mí primera misa lleve su mensaje de Amor al mundo y pueda atraerle a cuantas almas sean posibles.

Me gustaría terminar este artículo con una Plática enviada por san Juan de Ávila al padre Francisco Gómez para ser predicada en el Sínodo diocesano de Córdoba del año 1563. Se llama "El sacerdote debe ser santo" y está escrita en castellano antiguo:
No sé otra cosa más eficaz con que a vuestras mercedes persuada lo que les conviene hacer que con traerles a la memoria la alteza del beneficio que Dios nos ha hecho en llamarnos para la alteza del oficio sacerdotal. Y si elegir sacerdotes entonces (en el Viejo Testamento) era gran beneficio ¿que será en el nuevo Testamento, en el cual los sacerdotes de él somos como sol en comparación de noche y como verdad en comparación de figura?
Mirémonos, padres de pies a cabeza, ánima y cuerpo, y vernos hemos hecho semejables a la sacratísima Virgen María, que con sus palabras trajo a Dios a su vientre, y semejables al portal de Belén y pesebre donde fue reclinado, y a la cruz donde murió, y al sepulcro donde fue sepultado. Y todas estas cosas son santas, por haberlas tocado Cristo; y de lejanas tierras las van a ver, y derraman de devoción muchas lágrimas, y mudan sus vidas movidos por la gran santidad de aquellos lugares. ¿por qué los sacerdotes no son santos, pues es lugar donde Dios viene glorioso, inmortal, inefable, como no vino en los otros lugares? y el sacerdote le trae con las palabras de la consagración, y no lo trajeron los otros lugares, sacando a la virgen. Relicarios somos de Dios, casa de Dios y, a modo de decir, criadores de Dios; a los cuales nombres conviene gran santidad.
Esto, padres, es ser sacerdotes: que amansen a Dios cuando estuviere enojado con su pueblo; que tengan experiencia de que Dios oye sus oraciones y les da lo que piden, y tengan tanta familiaridad con él; que tengan virtudes más que de hombres y pongan admiración a los que los vieren; hombres celestiales o ángeles terrenales; y aun, si pudiere ser, mejor que ellos, pues tienen oficio más alto que ellos.

San Juan de Ávila, ruega e intercede por los sacerdotes diocesanos, y sobre todo para que el Señor traiga mas obreros a su mies. Ruega también por las nuevas vocaciones.

Cobardes, una pelicula sobre el acoso escolar

Han pasado unos años, pero el tema del acoso escolar sigue siendo actúal, por eso comparto este artículo sobre la película "Cobardes" que escribí hace unos años:

Hoy he visto esta película, dirigida por José Corbacho y Juan Cruz, en la que se trata el tema del acoso escolar, o como se llama ahora Bullying
Gabriel, el protagonista, es un niño que hasta el momento de sufrir acoso sacaba buenas notas, pero poco a poco, con la situación que irá viviendo desde que Guille, un compañero de clase, comienza a meterse con él, irá cayendo en el miedo a ir a clase y sufriendo un estado cada vez mas depresivo. ¿el motivo? simplemente que Guille quiere ser el mas popular de la clase, y para ello debe humillar al "zanahoria" como llama a Gabri (pues este es pelirrojo).
Es una película con la que me siento muy identificado, puesto que yo viví esa situación durante mi estancia en el colegio, en mí caso se metían conmigo por dos motivos: tener problemas de audición y que mi padre era el director del colegio.
Guille (que por cierto se parece al niñato del metro de Valencia tiene una pandilla de amigos con los que acosa a Gabri, quitándole el móvil, insultandole, dándole balonazos, persiguiéndole por la calle y pegándole. Curiosamente en la película se rompen algunos tópicos, puesto que las familias de ambos están unidas, el padre de Guille es protector y cariñoso con su hijo, aunque por lo que dice en la película él también de joven daba collejas a un compañero suyo de clase (se dice que los acosadores repiten lo que han vivido en casa) mientras que el de Gabri es bastante exigente.
Durante la trama van ocurriendo una serie de acontecimientos y por momento, mediante las triquiñuelas del acosador, la gente del instituto piensa que es Gabri quien está acosando a Guille, de hecho me llama la atención una escena en la que aparece el protagonista con la psicóloga y esta le dice "¿que sentías cuando le pegabas?" y ante el silencio de este dice "ya veo" (Guille deja encerrado a Gabri en el baño, quema una papelera llena de papeles con el fin de ahogarle y suena la alarma anti-incendios, posteriormente Gabri escapa y le arrea varios puñetazos a su acosador).
La verdad es que la película se desarrolla a una velocidad trepidante, aunque el final en mi opinión desentona un poquito, puesto que lo que ocurre con el pizzero amigo de Gabri es un poquito extraño, y creo que no era necesario para la trama. También decepciona un poco (SPOILER) que todo al final termine de esa forma, como si no hubiera pasado nada puesto que Guille queda impune de sus actos, aunque afortunadamente Gabri al final de la película ha cambiado y ya no tiene miedo ni a su acosador ni a los "falsos" amigos de este (FINALIZA SPOILER).

Me llaman varias cosas mucho la atención, una de ellas es que en realidad todos tienen miedo, puesto que Gabri siente pánico hacia su acosador y amigos, pero Guille tiene miedo a dos cosas, una a que su padre se entere de que pega a un compañero de clase y a dejar de ser el líder en el que se ha convertido. Los padres de ambos sienten temor a perder el trabajo, y la madre de Guille (Paz Padilla) tiene miedo de que se rompa su matrimonio. Por otra parte, la novia que se echa Gabri, al final le deja ¿por qué? por miedo ¿a qué? a estar con alguien que sufre Bullyng, es decir ella siente temor a que la puedan agredir también.
Creo que por eso es por lo que se llama "Cobardes" la película, puesto que no se trata de que Guille y su tropa sean unos cobardes por meterse con un débil, o que este sea cobarde por no hacer frente al acoso recibido, si no que es un mensaje de que todos, niños o adultos, sentimos o hemos sentido en nuestra vida en algún momento miedo a algo, y ese temor nos paraliza siendo incapaces de hacerle frente, simplemente nos conformamos con "que se quede todo como está, no vaya a ir a peor" y quizá este sea uno de los motivos de que exista la maldad, el qué los buenos no hacen frente a aquellos que propagan el mal.

Otro detalle que me llama la atención es el hecho de que el pizzero por un lado es un devoto de la Biblia (es hebreo) y por otro lado admira a Diego Armando Maradona. Pese al sorprendente final, siento simpatía por este personaje, ya que ayuda a Gabri y le aconseja que debe ser mas listo que su agresor, sorprenderle de alguna manera, y de hecho el protagonista lo hará aún a riesgo de su salud física. Pero el dolor que va a sufrir a raíz de ese consejo, le va ayudar igualmente a dejar de tener miedo a su agresor e incluso ganarse su respeto, además de desenmascarar a los "amigos" de Guille.

Me gusta el hecho de que se mencione a Maradona en el sentido de que este hombre ha sufrido mucho con la droga, como bien sabéis, pero a pesar de ello una y otra vez se ha levantado, de hecho parece que está totalmente rehabilitado (Dios quiera que así sea). Y Gabri en la película es una metáfora de Maradona, puesto que se levanta una y otra vez, hasta que recupera su dignidad como persona, y esto pese a que llegó a pensar en el suicidio, como aparece en una escena concreta de la película, a semejanza de Jokin, el chaval que hace casi cuatro años se tiró desde lo alto de una muralla en Hondarribia por no ser capaz de seguir aguantando la situación que vivía día sí, día también en su clase.

En definitiva, me parece una buena película, y también una gran noticia que por fín se hayan decidido a llevar al mundo del cine esta problematica social que tanto tiempo ha sido vista como algo menor al ser "cosas de críos". Los que lo sufrimos, sabemos bien que de cosas de críos no tienen nada, puesto que el que agrede y tortura tanto psicológica como mentalmente a un compañero de clase, no está haciendo una simple gamberrada infantil, si no que es plenamente consciente de sus actos y de su propia maldad.
De hecho, sería interesante hacer un estudio a los maltratadores de mujeres durante su infancia, personalmente pongo la mano en el fuego por qué en un gran porcentaje, durante su estancia en colegios e institutos eran como Guille, se dedicaban a maltratar a otro por qué este es un "gafotas", "tiene granos" o cualquier otro pensamiento pueril.
Dedico por tanto este artículo a aquellos que durante un tiempo concreto fuimos vícima de malos tratos por parte de compañeros de clase, pero especialmente va en memoria de Jokin, quien en 2008 hubiera cumplido 18 años y a quien hace cuatro le llevaron al precipicio del suicidio.

La casa de la luz encendida


Cuelgo un relato que escribí de pequeño, está basado en hechos reales de los cuales puedo dar fe:


Ocurrió durante el verano de 1992, en un pueblecito llamado Matalascañas. En aquel caluroso mes de verano, la zona occidental de Andalucia se llenó de turistas españoles y extranjeros que habían decidido visitar la Exposición Universal de Sevilla, y ya que iban aprovechaban para quedarse a veranear en alguno de los pueblos costeros.

Pablo había ido con su familia y con varios amigos hasta esta localidad de Huelva situada cerca de Doñana. Se quedaron en uno de tantos chalets como se alquilaban entonces en dicho pueblo.
Al principio, los primeros días, no notó ni sintió nada extraño, visitó varias veces la EXPO, se bañaba en la playa y por las tardes recorría aquella urbanización en bicicleta con sus amigos.
Fue una tarde de agosto, ya casi al final del verano, cuando Pablo le dijo a su amiga Ana que sí daban un paseo por la única zona de la urbanización que les quedaba por recorrer, habían escuchado que en esa zona se encontraba una casa encantada y querían visitarla pues les fascinaban los lugares abandonados, eran además aficionados al mundo del Misterio.
Se encontraban paseando por esa zona cuando vieron a un niño y le preguntaron por "la casa encantada", el chaval, llamado Rubén, se ofreció a acompañarles.

Cuando llegaron a la casa, había otros niños enfrente de ella, estuvieron hablando con ellos y se enteraron de que aquella casa siempre tenia una luz encendida en la cocina, fuese la hora que fuese. Parece ser que en la cocina un año antes habían encontrado el cadáver de una mujer, posiblemente asesinada por su marido.
Decidieron entrar. Tras dar una serie de vueltas por la casa vieron que una ventana se encontraba abierta y decidieron entrar por ella.

Ya estaban en el salón, lugar al que pertenecía la ventana, este se encontraba en penumbra y había un viejo butacón, también un televisor antiguo y luego una mesa con cuatro sillas. Junto a la puerta que conectaba con el resto de la casa había un cuadro de una mujer de tez morena, con un negro y largo cabello y con un niño en brazos.
Fueron inspeccionando la casa, vieron que la mayoría de las habitaciones se encontraban vacías, aunque había un cuarto de matrimonio todavía perfectamente ordenado, con una cama grande de estilo rústico y varios cuadros en las paredes donde aparecían personajes vestidos según la moda de principios del siglo XX.
Subieron al piso superior, lugar donde se encontraba la misteriosa habitación que tenia la luz encendida. Cuando se encontraban ya al final de la vieja escalera de madera escucharon unos lamentos, eran como las voces de una anciana que gritaba de forma desconsolada, poco después escucharon un sonido parecido a cuando alguien se cae al suelo.

Casi todos los niños se asustaron y se fueron al piso de abajo, pero Pablo y Ana decidieron aventurarse por aquel oscuro y angosto pasillo, sabían que la puerta que había al final del todo era la de la cocina y querían investigar.
Fueron andando, con tiento, mientras la vieja madera crujía y sentían una sensación de frío cada vez mayor, de hecho Pablo, que era de Soria, decía que había bajado tanto la temperatura como cuando helaba en su tierra, aunque ellos no lo sabían iban a presenciar un autentico fenómeno paranormal.
Les pareció sentir como a un niño pequeño jugando a la pelota detrás suyo, Pablo se lo dijo a Ana y esta se giró, pero asegurar no ver nada, unos minutos más tarde sus amigos les contarían que habían visto una sombra de un niño pequeño correteando por las escaleras hacia ellos.

Pero lo más extraño estaba por llegar, intentaron abrir la puerta de la "habitación encantada" pero no lo consiguieron, se encontraba cerrada por dentro, como sí alguien no quisiera que nadie entrase allí.
Decidieron ir a contárselo a sus amigos, a ver si alguien sabia como abrir esa puerta, estaban ya junto a las escaleras cuando escucharon una puerta abrirse de forma brusca, dando un fuerte estruendo. Se miraron asustados y comprobaron que tal puerta era el lugar que tanto estaban ansiando ver.
Pese al miedo que sentían decidieron ir a ver que había dentro, pero una vez llegaron vieron que la luz estaba apagada y no había nada en aquella estancia, ni siquiera los muebles que se veían desde fuera de la casa.
Aún se conservaban unos restos de sangre en el suelo y se asustaron un poco más al verlo, pero lo que les hizo alarmarse aún más fue una sombra que vieron entrar por la ventana, corrieron hasta la escalinata presa del pánico, fue entonces cuando escucharon una serie de maullidos y comprobaron que dicha sombra, la cual venia hacia ellos, no era otra cosa que un gato negro, posiblemente el único que vivía en aquella casa desde que se abandonó.
Bajaron al piso inferior, donde estaban todos sus amigos, les contaron la historia y decidieron marcharse, pues era tarde y estaba anocheciendo.

Cuando salieron de la casa, Manuel, uno de sus nuevos amigos se giró y vio que, efectivamente, la "habitación encantada" se encontraba con la luz apagada.
Se despidieron ya de sus amigos y al irse para la zona donde vivían, pasaron por la casa, entonces Pablo se quedó mirando a la ventana, extrañado puesto que estaba seguro de que se encontraba iluminada cuando llegaron, fue entonces cuando escuchó sorprendido a Ana diciendo "mira eso", se quedaron mirando y en la ventana vieron una figura luminosa, tenia un gran parecido con la mujer que habían visto en la foto y unos pocos segundos después otra figura, más pequeña, se asomó y hizo un gesto, como despidiendose de ellos, entonces se iluminó de nuevo la habitación.

Quince años más tarde, estos dos buenos amigos, ya casados, se reunieron con los otros chicos de Matalascañas para recordar aquel día. Con sorpresa nuestros protagonistas comprobaron como todos los chavales habían visto lo mismo que ellos, aquella figura con un niño a su lado y como se había encendido la luz.
Nadie supo encontrarle una explicación. Quizá hay restos del pasado, imagenes de otro tiempo que permanecen almacenadas como en un bucle y en ocasiones somos testigos de ellas, quizá aquella mujer y el niño estaban reviviendo un acontecimiento ocurrido años antes, cuando se encontraban en casa y llegó el marido borracho, comenzó a pegar a la mujer, esta huyó hacia la cocina con su hijo y el hombre la tiró por la ventana.
Un año más tarde el niño murió y quizá se reuniera con su madre en aquella casa para revivir su propia vida. La moraleja que se puede extraer es la de que no debemos temer sí nos encontramos un fantasma, no quiere hacernos daño (de hecho no puede hacérnoslo, a no ser que sea un ente maligno), probablemente quiera ayudarnos, que le ayudemos o simplemente está repitiendo una acción que llevó a cabo mientras vivía, como la famosa pareja de baile del Palacio de Linares, en Madrid.

San Isidro Labrador

Aunque ha pasado ya casi un mes desde que fue la festividad de San Isidro, quiero publicar un artículo que escribí hace algunos años en otro blog que tuve y que acabo de encontrarme, entonces escribía como "Francisco de Santoyo".

Hoy quiero escribir algo sobre este santo nacido en Madrid en 1080 y fallecido el 15 de mayo de 1130.
Vivió un siglo antes que mi admirado san Francisco de Asís, se dedicó al mundo de la agricultura (por ello es patrón de los agricultores, motivo de ello es que en Santoyo también sea fiesta este día), trabajaba para el noble Iván de Vargas y estaba casado con santa María de la Cabeza, con quien ha servido como ejemplo de que se puede llegar a la santidad estando casado y teniendo una familia.

Fue un apasionado de la naturaleza y de los animales, aunque no es tan conocido en este sentido como el Pobrecillo de Asís.
Tiene dos milagros bastante curiosos, uno de ellos cuenta como un día su hijo san Illán se cayó a un pozo y tras la oración de su padre las aguas comenzaron a subir, con lo cual consiguió rescatar al niño.

Pero el milagro quizá mas bonito (o al menos a mí me lo parece) es el que cuenta en las actas de canonización Iván de Vargas. Según este, en varias ocasiones cuando san Isidro se había parado a rezar en parroquias cercanas y se le había acumulado el trabajo, dos ángeles le ayudaban a arar.
Me parece interesante recalcar dos apuntes sobre este santo, uno que se dedicaba a la labranza, y el otro que estaba casado, por lo siguiente:
1) el trabajo, realizado en una medida que permita descansar y tener tiempo para otras cosas, es algo que dignifica al hombre, especialmente cuando se realiza ofreciéndolo a Dios. Pero sobre todo si se trata de labrar, puesto que se está colaborando con la Creación de Dios, y además esos alimentos recogidos están bendecidos por el Señor, y esto para los creyentes tiene mucho valor. Además, también supone una prueba de que no hace falta ser sacerdote o fraile para llegar a la santidad, puesto que también desde una posición de trabajador "normal" (por llamarlo de alguna forma) se puede conseguir ser santo, puesto que en vez de ver ese trabajo como una carga o una mera rutina si lo realizamos de cara a Dios por un lado adquiere un mayor sentido y por otro lado al ofrecerle al Señor nuestra labor cotidiana estamos poniéndonos en sus manos, entregando incluso aquello que pueda resultarnos fatigosos. "Venid a mí los que estáis cansados y agotados" dijo Jesús, quizá un remedio para cuando tenemos una tarea que realizar y no hay motivación para ejecutarla o estamos fatigados pero nos quedan aún unas horas de curro, lo mejor sea recordar esa frase.
Pienso que vive mas feliz alguien que trabaja teniendo en mente al Señor que alguien que ve el trabajo como una mera rutina, puesto que en el primer caso lo estaremos haciendo por Amor a Dios y precisamente este será el motor que nos impulse a trabajar siendo felices, mientras que sí lo vemos como algo rutinario lo que puede ocurrir es que muchas veces estemos desmotivados y o trabajemos con desgana y siendo ineficaces o nos cabreemos y por algún lado ese enfado tiene que explotar.
Creo que san Isidro comprendió muy bien este aspecto, pues además la labor de labrar, y sobre todo en esos tiempos, es muy fatigosa, sin embargo él siempre lo hizo feliz por amor a Dios, tan contento le veía el Señor que incluso le mandaba ángeles a ayudarle.

2) Igual que se puede ser santo sin ser sacerdote o fraile, podemos aspirar a tal estado estando casados y formando una familia, tal como hicieron nuestro protagonista de hoy y su esposa santa María de la Cabeza. Cuentan los cronistas que ambos formaron un matrimonio ejemplar y santo, ofreciendo también su convivencia, amor y a su hijo Illán a Dios. Por ello creo que también sirven como ejemplo para aquellos que quieren formar una familia, sobre todo en estos tiempos que está de moda decir lo de "es que el amor se acaba", yo la verdad que no estoy de acuerdo con la frase, puesto que puede ser que se acabe la chispa que origina el amor, o lo que podríamos denominar la "fase primera del enamoramiento" pero pienso que este sentimiento es como la materia, ni se crea ni se destruye (a no ser que ocurra un hecho muy fuerte) si no que se transforma.
Yo conozco a matrimonios que llevan 60 años casados, y es admirable ver como se quieren. Es probable que no sientan el mismo amor que cuando se enamoraron, pero sin embargo se aman, la prueba de ello son las seis décadas de matrimonio.
Por ello, os animo a aquellos que queráis formar una familia a que sigáis el ejemplo de estos dos grandes y humildes santos madrileños, orientando vuestra relación al Señor y dejando que sea Él quien tome las riendas, puesto que, estoy convencido, será el mejor capitán posible para una travesía tan apasionante como es la de formar un matrimonio duradero y una familia, algo que en nuestros tiempos no abunda, por desgracia.
En cuanto al trabajo, todos debemos seguir el ejemplo de san Isidro, y realizar nuestras obligaciones de cara a Dios aquellos que seamos creyentes (y los que no, siempre pueden encontrar otra motivación para trabajar siendo feliz, por ejemplo saber que ese trabajo nos permitirá alimentarnos y dar de comer a nuestra familia).

Y a los que somos de Madrid: felicidades gatos ;) VIVA SAN ISIDRO LABRADOR!!!!!